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Las costas de Quintana Roo saltaron al mapa del turismo gracias a destinos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum, conformando el corredor costero de la Riviera Maya. Sin embargo, los visitantes han comenzado a volver su mirada hacia la selva: reservas de la biosfera, cenotes que forman lagunas, zonas arqueológicas de distintas épocas, comunidades mayas que conservan sus tradiciones… Con el paso del Tren Maya, estos destinos poco conocidos de Quintana Roo serán más accesibles, y aquí te contamos qué podrás encontrar en ellos.
La deliciosa comida yucateca está presente en toda la península, no dejes de probarla en tu recorrido por Quintana Roo a bordo del Tren Maya. Crédito: Shutterstock.
Ubicado en la frontera entre Yucatán y Quintana Roo, será el punto más interesante para quienes deseen viajar a la isla de Holbox, vía Chiquilá, a 78 kilómetros hacia la costa. La isla es de una belleza incomparable, ya que sus habitantes han luchado por conservar su escala humana y contener la aparición de resorts que ejerzan presión sobre su frágil ecosistema. Aquí podrás hacer paseos en kayak para ver su zona protegida o excursiones en lancha para nadar con el tiburón ballena, caminatas nocturnas para admirar la bioluminiscencia o regalarte un festín con su famosa pizza de langosta y sus antojitos yucatecos.
Si prefieres quedarte en tierra, la recomendación es visitar la comunidad maya de Pac Chen, a solo media hora de Nuevo Xcan. Sus pobladores dejaron atrás la tala de maderas para dedicarse de lleno al ecoturismo y a otras actividades sustentables, como la producción de miel de abeja melipona. En su centro turístico, gestionado por la misma comunidad, podrás practicar tirolesa o kayak, nadar en sus cenotes, participar en la preparación de platillos tradicionales y reconectar con lo sagrado en un hermoso ritual maya en el corazón de la selva.
La zona arqueológica de Cobá, a media hora de Pac Chen, promete una visita inolvidable. El sitio es tan grande que te rentan una bicicleta para atravesar la selva y llegar a los edificios pedaleando (menos cansado y más divertido). Subir a su templo principal para ver el domo de la selva te dejará sin aliento –literal y metafóricamente–, pero después viene un premio: darte un chapuzón de agua fresca en alguno de los cenotes cercanos; Aktun bej, Choo Ha o Kuxtal son los más conocidos.
Las estaciones de Valladolid, Tulum y Nuevo Xcan te acercarán a la zona arqueológica de Cobá, que puedes recorrer en bicicleta a través de la selva. Crédito: Shutterstock.
Esta es una de las comunidades mayas más cercanas a Cancún. En los últimos años se ha desarrollado aquí una interesante oferta de hospedaje debido a que en las cercanías, así como en la carretera que lleva a Puerto Morelos, hay decenas de cenotes de todo tipo: de cueva, tipo cántaro, de paredes verticales… los cuales han dado lugar a diversas experiencias: espacios tan sofisticados como Selvática The Adventure Tribe, tan singulares como el glamping de Alma Maya Resort, tan íntimos como Anand Ecoaldea o tan familiares y divertidos como cualquiera de los cenotes que gestionan los ejidatarios. En el pueblo, no hay que perderse los productos del traspatio maya que se ofrecen en el mercado de los domingos y la deliciosa comida yucateca que preparan las cocineras locales.
Si bajas en Nuevo Xcan, estarás a poca distancia de Chiquilá, donde se aborda la embarcación que te lleva a las hermosas playas isleñas de Holbox. Crédito: Shutterstock.
Regálate la oportunidad de adentrarte en sitios menos pretenciosos y auténticamente naturales. El primero es la zona arqueológica de Muyil. Es pequeña, está fuera del radar del turismo masivo y ofrece más que arqueología en piedra. Se piensa que el sitio pudo ser una especie de aduana para los antiguos comerciantes mayas, por lo que se conecta por un camino que da a la laguna del mismo nombre. Luego de recorrerlo, podrás tomar una embarcación que, a través de un canal de manglar en el que también puedes nadar, te llevará a descubrir la vecina laguna de Chunyaxché y el ecosistema del Petén.
Es probable que tu guía te proponga llevarte a conocer los canales artificiales construidos por los antiguos mayas y que se conectan con el mar en la actual Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an. Si tienes tiempo, no lo dudes, ya que este auténtico paraíso ofrece kilómetros de playas vírgenes, canales, manglares, brazos de arena, cayos, arrecifes y una riqueza natural incomparable con más de 200 especies de aves, cocodrilos, manatíes, monos, tortugas, delfines, peces de colores y la oportunidad de probar la langosta que pescan las cooperativas locales del poblado de Rojo Gómez o Boca Paila. A este destino también puedes llegar desde los tours que salen de Tulum. Eso sí, ve preparado con ropa ligera de manga larga, pues es una reserva y los mosquitos no dan tregua.
En Leona Vicario, pero también en Felipe Carrillo Puerto, las comunidades mayas aún cocinan recetas tradicionales, como la imperdible cochinita pibil. Crédito: Shutterstock.
Fundada por los mayas durante la Guerra de Castas como Noj Kaaj Santa Cruz Xbalam Naj o simplemente Chan Santa Cruz, esta población llegó a ser capital del estado de Quintana Roo. Aquí las comunidades han resguardado sus costumbres, lengua y misticismo, además de un tesoro natural: la reserva Much Kanan Ka´ax, cuyo nombre es una frase en maya que significa “juntos cuidamos la selva”.
La recomendación es descubrir la reserva de la mano de sus guías locales, pues ellos saben identificar y nombrar a las especies nativas, además de que te contarán sobre la importancia de su conservación y su relación íntima con la naturaleza. Este macizo de selva muy bien conservado está salpicado de cenotes y de las lagunas Ocom. En el centro ecoturístico Síijil Noh Ha podrás hospedarte y contratar con la comunidad paseos en kayak y en bici, caminatas para observar aves (desde tucanes hasta carpinteros y los emblemáticos pájaros toh) y probar su exquisita cocina local.
FB: SiijilNohHa
La Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an alberga playas, arrecifes, cenotes y miles de especies de plantas y animales en más de 500,000 hectáreas. Crédito: Shutterstock.
El paradero de Limones es el punto de acceso más cercano a Mahahual y Xcalak, a tan solo 40 minutos en automóvil. Si te gustan las playas rústicas y tranquilas, estarás feliz aquí, y si lo tuyo es el buceo, este es tu lugar soñado, pues frente a la costa está la Reserva de la Biosfera de Banco Chinchorro, el segundo atolón de coral más grande del mundo, con más de 60 kilómetros de largo para que explores la abundante vida submarina.
La estación Bacalar te acercará a esta hermosa laguna formada por el desbordamiento de varios cenotes. Se dice que tiene siete colores porque su fondo de arena blanca, la vegetación y las variaciones en la profundidad hacen que el sol produzca reflejos de distintas tonalidades que van del índigo al turquesa. La laguna de Bacalar está unida a la de Xul Há por un pequeño canal llamado “los rápidos”, y ambas brillan a lo lejos como un destello azul en medio de la selva. Aquí también se encuentra el famoso fuerte de San Felipe de Bacalar, que defendió a la región de los ataques piratas que llegaban a través del río Hondo y los canales.
Visita la zona arqueológica de los mascarones de Kohunlich, un sitio emblemático de la cultura maya. Crédito: Shutterstock.
Gracias a su aeropuerto, la capital de Quintana Roo es un punto ideal para iniciar o terminar tu viaje a bordo del Tren Maya, pero no te vayas sin descubrir su sabor mayacaribeño. Comienza por el Museo de la Cultura Maya, que complementará tus visitas a las zonas arqueológicas. Camina por su malecón al atardecer y regálate una pausa en alguno de los restaurantes que miran hacia la bahía. Aventúrate a descubrir sus casitas de madera o sus playas cercanas, como Calderitas, con una oferta de cocina del mar y un toque antillano. Explora la laguna Huay Pix o arma un tour por varias zonas arqueológicas como Oxtankah, Dzibanché y Kohunlich, a la que también podrás llegar en tren.
Aventurate a conocer las zonas arqueológicas quintanarroenses a través del tren Maya.
Muchas comunidades quintanarroenses ya están listas para recibir a los visitantes que llegarán con el Tren Maya. Sus habitantes han resguardado, durante años, muchos tesoros naturales y culturales, y para que puedan seguir haciéndolo, planea tu viaje con los guías y experiencias gestionados localmente, así dejarás un impacto positivo a tu paso por Quintana Roo. Lo mejor de todo es que tienes tres opciones de aeropuerto para elegir el que mejor te convenga. ¡Todos a bordo!