Se trata de un pueblo de 500 años de antigüedad, originalmente habitado por indígenas. Llegar allí es como transportarse en el tiempo y viajar a un lugar que permanece intacto, respetando todas las cualidades que lo hacen único.

Éstas van desde los arcos de piedra en la plaza principal, hasta las calles adoquinadas del centro, con sus tradicionales casas rústicas y accesorios de hierro forjado, balcones y ventanas con marcos de madera. La arquitectura colonial, junto con las coloridas y hermosas buganvillas, le dan a este pueblo un encanto especial.

Para descubrir este lugar, el mejor plan es utilizar un calzado cómodo y recorrer cada una de sus calles para dejarse sorprender.

Entre las paradas obligatorias dentro del recorrido está la plaza Miguel Hidalgo, ubicada en el centro. Es ahí donde se encuentran la parroquia de Santa María de la Asunción y el templo principal de Tequisquiapan, el cual está lleno de historia.

El mercado local de artesanías ofrece la mejor propuesta de cestería, tejidos bordados, madera, cuero y ópalo. Justo enfrente se pueden ver enormes letras que, en conjunto, forman la palabra “Tequis” (apodo con el que se conoce al pueblo). Es allí donde todos los visitantes frenan por al menos un instante para sacarse la clásica fotografía del lugar.

Tequisquiapan está aproximadamente a 40 minutos de la Ciudad de Querétaro y a una hora de la Ciudad de México. Por su cercanía con la capital, se trata de uno de los destinos más elegidos para hacer escapadas de fin de semana.