Conocida popularmente como “Puebla de los Ángeles” debido a una leyenda popular, en esta ciudad conviven el majestuoso pasado colonial y los aires de innovación arquitectónica, además de una gastronomía que derrite paladares.
Si estás buscando a dónde escaparte un fin de semana, Puebla es una excelente opción. Aquí te presentamos un itinerario que incluye edificios históricos, museos, artesanías, dulces y mucho más, para que aproveches al máximo la vasta oferta cultural de esta hermosa ciudad.
Obra cumbre del barroco novohispano, esta capilla fue llamada en su momento la “octava maravilla del mundo”. Entra y descubre por qué.
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El primer vistazo al centro histórico de Puebla te bastará para entender por qué fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la unesco. A donde dirijas la vista, podrás apreciar majestuosos ejemplos de arquitectura colonial y edificios cubiertos de azulejos y argamasa. El punto de inicio es la Catedral de Puebla, cuyo interior resguarda obras de los más grandes pintores y escultores novohispanos. A unas cuantas cuadras, encontrarás una joya del arte barroco: la Capilla del Rosario, ubicada en el Templo de Santo Domingo. Contiguos a la Catedral están el zócalo y los portales, donde hay una buena variedad de tiendas y restaurantes.
Si lo tuyo es el arte, cerca del zócalo tienes uno de los mejores museos de México: el Museo Amparo, cuyas exposiciones abarcan desde el arte prehispánico hasta el contemporáneo. Después de ese baño de cultura, camina hacia el colorido Callejón de los Sapos para conocer tiendas locales y, los domingos, un tianguis con antigüedades, artesanías y objetos de arte. Y si quieres continuar con las compras, el mercado de artesanías El Parián tiene textiles, talavera, alfarería, madera, joyería y mucho más. Muy cerca de El Parián se encuentra Talavera Armando, un espacio dedicado a la fabricación, exposición y venta de piezas de talavera poblana, certificada y con denominación de origen. Agenda un recorrido guiado para conocer el proceso de elaboración de esta icónica artesanía.
Para cerrar el paseo con broche de oro, nada como una visita a la Calle de los Dulces, el paraíso de cualquier goloso. Como su nombre lo indica, es una calle con muchas tiendas —la más popular es La Gran Fama— que tienen un extenso surtido de dulces típicos de la región como camotes, cocadas, macarrones, jamoncillos, borrachitos y tortitas de Santa Clara.
Fundada en 1531, Puebla es una de las ciudades mexicanas que mejor conserva el legado artístico y arquitectónico de su pasado colonial.
La gastronomía poblana es reconocida en México y el resto del mundo por su calidad y variedad, así que no te puedes ir de la capital sin probar su platillo estrella: el mole poblano, el cual contiene entre sus ingredientes chocolate, nueces, especias y varios tipos de chile, y se sirve comúnmente con guajolote. Por supuesto, también son originarios de Puebla los chiles en nogada y las chalupas. Uno de los restaurantes tradicionales es Casareyna, un ícono de auténtica cocina poblana en donde podrás probar escamoles, gusanos de maguey, mole de caderas y, en temporada, los famosos chiles en nogada.
Para hospedarse en el centro histórico, una excelente opción es el hotel La Purificadora, una fábrica purificadora de agua del siglo xix que fue remodelada por el reconocido arquitecto mexicano Ricardo Legorreta. Todos sus espacios se distinguen por su simplicidad, elegancia y un sentido moderno del diseño, como la icónica alberca de paredes transparentes.
Una visita a Puebla no está completa sin probar el mole, uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana. Provecho.
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Antes de despedirte del centro histórico, descubre la ciudad desde una nueva perspectiva visitando el Pasaje Histórico 5 de Mayo, un túnel iluminado de mil metros —uno de los túneles abiertos más largos del mundo—, testigo de episodios importantes en la historia de Puebla y de México. Los recorridos inician desde las 10:00 horas.
Después, visita la moderna zona de Angelópolis, donde se encuentra el Museo Internacional del Barroco, cuyo edificio de 18,000 metros cuadrados fue concebido por el japonés ganador del Pritzker Toyoo Itō. Con recursos audiovisuales de vanguardia, el museo te adentrará en diversas manifestaciones del barroco en el arte, la arquitectura, el teatro, la música y la literatura.
Si algo le sobra a Puebla son propuestas para el turismo que garantizan un deleite para todos los sentidos, así que empaca tus maletas para escaparte por 48 horas a una de las ciudades más bellas de México.