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Crédito: LU Cocina Tradicional.

Destino del mes

Michoacán: Aventuras para conectar con la naturaleza

Por Margot Castañeda

Zitácuaro, Los Piloncillos y Camécuaro son tres joyas michoacanas donde la aventura se entrelaza con paisajes sobrecogedores y leyendas purépechas que enriquecen profundamente la experiencia de viajar. Aquí te aguarda un viaje distinto, retador y gratificante.

Embárcate en una odisea para explorar el espíritu aventurero de Michoacán, un territorio donde cada destino palpita con un ritmo único y revela profundas capas de historia, cultura y belleza natural. 

Desde los serenos ríos y los bosques cubiertos de niebla en Zitácuaro, pasando por las audaces formaciones rocosas de Los Piloncillos, hasta las tranquilas aguas del lago Camécuaro, Michoacán te invita a sumergirte en un mosaico de experiencias que capturan el alma del aventurero, del amante de la naturaleza y del buscador de leyendas. 

A lo largo de este viaje, no solo descubrirás la impresionante riqueza ambiental y cultural de la región, con paisajes que evocan pinturas vivientes, sino que también sentirás el eco de civilizaciones antiguas.

Los espacios reconfortantes de LU Cocina Michoacana rinden homenaje al paisaje y la tradición artesanal de Michoacán. Crédito: LU Cocina Tradicional. 

Saborea la naturaleza en Zitácuaro

Las tierras altas de Zitácuaro son el umbral de un ecosistema vibrante: un santuario de ríos cristalinos y bosques frondosos envueltos en neblina. En estos paisajes, cada paso es un descubrimiento, cada respiración una conexión, cada momento un reflejo de la tierra misma.

En este enclave mazahua, ubicado en un punto crucial en la ruta migratoria de las mariposas monarca, entre el Estado de México y Michoacán, la naturaleza no solo se ve y se toca, sino que también se vive y se saborea, pues la exuberante belleza de sus bosques hace posible la crianza de uno de los tesoros acuícolas de México: la trucha salmonada. 

La región alberga varias granjas acuícolas, entre ellas Rancho Neminatura. Aquí, las clásicas truchas arcoíris no solo crecen en condiciones ideales, sino que adquieren un matiz local distintivo: un característico color rosado que toman de las cáscaras de camarón y los pétalos de cempasúchil que forman parte de su alimentación.

 

Aventura entre árboles, explorando la naturaleza. Crédito: Shutterstock.

Puedes explorar estos parajes a pie o en bicicleta, disfrutando de una escapada repleta de silencio, aroma a bosque y el ocasional aleteo de las mariposas monarca. Después, ¡anímate a pescar! Aprenderás este arte de la forma más respetuosa posible, pues los zitacuarenses conocen el momento óptimo para pescar las truchas, así que déjate guiar. Después, en una fogata bajo el dosel de árboles antiguos, cocinarás las truchas recién capturadas para degustarlas. Cada bocado será un recordatorio del ciclo de vida que Zitácuaro, al igual que muchos otros paisajes rurales del país, sostiene y celebra.

Esta es una invitación para que explores y vivas Zitácuaro no solo como un viajero, sino como parte de un diálogo con la naturaleza y el origen de nuestros alimentos. Atrévete a dejar que el bosque te enseñe y que los ríos te guíen.

Una buena opción para hospedarte en Zitácuaro es el hotel Casa Iturbe, con una combinación de arquitectura contemporánea y vernácula y espacios de tranquilidad y descanso.
FB @hotelcasaiturbe

Exhaciendas como La Encarnación y Manzanillos dan cuenta de la riqueza histórica que proveen las tierras altas y los bosques de Zitácuaro. Crédito: Shutterstock.

Al encuentro de Los Piloncillos

Después de disfrutar a paso lento de los bosques de Zitácuaro, prepárate para experimentar un emocionante cambio de ritmo en Los Piloncillos, a tan solo 25 km de Morelia. 

Este hermoso laberinto montañoso no solo captura la vista con su inusual belleza, sino que también desafía con una variedad de rutas de senderismo y escalada aptas para todos los niveles. Enfrentarse a estas paredes rocosas equivale a tocar la historia con tus propias manos; cada grieta y saliente te cuenta relatos ancestrales que te conectan profundamente con el robusto pasado de la región.

Los Piloncillos, también conocidos como La Barranca, deben su nombre a los montículos que recuerdan a los conos de piloncillo, tanto en forma como en color. El paisaje, caracterizado por profundas cárcavas formadas por la acción del agua sobre pendientes de suelo arcilloso, es un laberinto natural perfecto para explorar y descubrir rincones secretos y obtener perspectivas únicas desde sus cimas. 

La aventura en Los Piloncillos va más allá de lo físico, pues los guías locales, depositarios de leyendas transmitidas de generación en generación, convierten cada ascenso en una enriquecedora experiencia cultural. Además, en esta región también se pueden explorar cuevas y serpenteantes senderos que revelan la impresionante biodiversidad de Michoacán, desde su flora endémica hasta su fauna escondida.

El parque nacional Lago de Camécuaro es refugio de belleza natural cuyas aguas cristalinas están cobijadas por las raíces y la sombra de los ahuehuetes centenarios. Crédito: Shutterstock.

Este lugar ofrece mucho más que un desafío atlético: es un viaje que nutre tanto el cuerpo como el espíritu. El entorno natural, en conjunto con la rica herencia cultural, constituye un retiro perfecto del bullicio diario. Aquí, cada paso es una meditación en movimiento y cada mirada desde las alturas es un recordatorio del impresionante mundo que nos rodea.

Ven a Los Piloncillos y deja que el sabio terreno te enseñe sobre resiliencia, mientras las vistas panorámicas desde las cimas te llenan de asombro y agradecimiento. En este lugar, perderse es realmente un arte que nos enseña a encontrarnos.

De vuelta en Morelia, no te pierdas la oportunidad de visitar Tata Mezcalería o LU Cocina Michoacana, para probar antojitos y la deliciosa cocina de la región. Y si buscas un sitio donde hospedarte en Morelia, la recomendación es el Hotel de la Soledad, histórico, pequeño, muy bien ubicado y con un gran servicio.
hoteldelasoledad.com

En el lago de Camécuaro, la diversión es sencilla: nadar en pequeñas pozas o a lo largo de los canales, remar en bote y disfrutar una carne asada entre amigos. Crédito: Shutterstock. 

Susurros purépechas en Camécuaro

Tras la adrenalina, sumérgete en el refugio de serenidad y belleza natural del corazón tarasco: el lago Camécuaro. Aquí, las aguas cristalinas y el exuberante entorno verde te invitan a una conexión profunda con tu ser. Este destino de aguas tranquilas enmarcadas por un bosque frondoso también es una cápsula del tiempo que custodia una trágica leyenda purépecha de amor y sacrificio.

La leyenda narra que la princesa Huanita fue secuestrada y escondida en una yácata por un sacerdote sacrílego llamado Candó. Su amado, Tangáxoan, sobrino del fundador del Imperio purépecha, emprendió una heroica misión de rescate que culminó con la muerte del sacerdote y la creación de un manantial al clavar en un sabino la flecha que lo mató. Se dice que las lágrimas derramadas por Huanita durante su cautiverio dieron origen al lago Camécuaro, cuyo nombre en purépecha significa “lugar de la amargura oculta”. En 1941, este lago fue declarado parque nacional por el presidente Lázaro Cárdenas para preservar tanto su rica biodiversidad como su envolvente historia cultural.

Vista aérea del Lago de Camecuaro en México, un paraíso de aguas turquesas y serenidad. Crédito: Shutterstock.

El lago Camécuaro promete una experiencia de aventura con un espíritu explorador, desde emocionantes tirolesas que sobrevuelan sus aguas serenas hasta tranquilos paseos en kayak. Aquí, puedes sumergirte en la historia mientras te adentras en las profundidades del lago, donde, según cuentan, algunos aventureros aún buscan la figura de Huanita, que desea retener a los visitantes.

Después de un día cargado de actividades, retírate a una de las acogedoras cabañas a orillas del lago. Despierta con la vista de un bosque denso y la serenidad del agua, un recordatorio de la paz que solo la naturaleza puede ofrecer. Este lugar no solo es un llamado a la relajación, sino también a la reflexión sobre las historias que han moldeado estas tierras.

Panorámica de la Reserva de la Biosfera, destacando la rica biodiversidad y la majestuosidad de su paisaje natural. Crédito: Shutterstock.

Michoacán es más que un destino turístico: es un crisol donde se entrelazan paisajes e historias ancestrales. Deja que cada rincón te regale lecciones nuevas y fortalezca tu conexión con el vasto pasado y el vibrante presente de la región. Una cosa es segura: cada visita enriquecerá tu relato personal con la majestuosidad de la cultura purépecha.

Visita Michoacán a través de nuestras rutas a Morelia:

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