Baja California Sur posee más de 2,230 kilómetros de litoral. Dentro de esa extensión, una de sus joyas más preciadas es su capital, La Paz, cuya imponente bahía y su pequeña ensenada han sido paradas continuas para los viajeros que han querido conquistarla… como lo intentaría Hernán Cortés en 1535.

Varios siglos tuvieron que pasar para que este destino formara oficialmente parte de México. Fue en 1974 cuando Baja California Sur se constituyó como estado, legando a sus habitantes actuales una historia marcada por tribus guaycuras, pericúes y cochimíes, legendarios conquistadores españoles como Sebastián Vizcaíno y misiones jesuitas como la de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí, siempre rodeados por un ecosistema privilegiado que los paceños disfrutan entre días soleados y tardes venteadas por el coromuel, el viento que sopla desde el mar.

La Paz sigue conquistando, pero ahora más que nunca a los amantes del buceo deportivo, el surfing, el kayak, el windsurf, el kitesurf, la pesca deportiva, el ciclismo y, sobre todo, a quienes buscan el valioso descanso en sus blancas playas, apacibles y bien resguardadas por organizaciones ambientales que no cejan en su esfuerzo por conservar los ecosistemas.

Para conocer el Puerto de Ilusión, como tituló la cantautora Chayito Morales a la melodía dedicada a este remanso en la Baja Sur, lo mejor es hacerlo con ojos de local. Por ello acudimos a un amante de su tierra, Lalo Pino, paceño, arquitecto y chef, para explorar La Paz y dejarles esta guía para su próxima aventura peninsular.