EnvivaRevista

Crédito: Shutterstock.

Rutas México

Chihuahua arqueológico

Por Ivett Rangel

En el norte del estado más grande de México se cuentan algunas de las historias más fascinantes en barro y piedra.

Chihuahua es el estado más extenso de México y en sus entrañas presume paisajes como ningún otro. Aunque resulta difícil dejar de pensar en las Barrancas del Cobre, el complejo geológico más importante de México y que se puede recorrer a bordo de un tren, cuando se mira hacia otra dirección se descubren sitios incomparables, como la ruta arqueológica de Chihuahua. 

Médanos y petrograbados, un pueblo mágico, una ciudad de adobe y muchos otros sitios arqueológicos protegidos por cerros aguardan por los viajeros de corazón, que gustan de la vida al aire libre y las culturas ancestrales. 

Esta ruta arranca en el norte del estado, en la frontera con Estados Unidos: en Ciudad Juárez, que adquirió reconocimiento en voz del cantautor Juan Gabriel, “el Divo de Juárez”, cuya vida y obra hoy reciben un homenaje en un museo de reciente apertura en la ciudad. 

Hacia los petrograbados

A 40 kilómetros al sur de Ciudad Juárez se encuentra Samalayuca, una pequeña localidad flanqueada por una sierra que lleva el mismo nombre y por una formación de médanos (o dunas) que la rodean, en la que se puede pasear en cuatrimoto y practicar sandboarding. Sin embargo, en la sierra también hay evidencias de asentamientos prehispánicos. Así que hay que poner atención en las rocas para hallar miles de dibujos, incluso algunas pinturas. 

De acuerdo con el INAH, entre las décadas de 1950 y 1990, investigadores mexicanos y extranjeros reportaron puntas acanaladas y restos de megafauna, principalmente, sin embargo, las últimas investigaciones se enfocaron en los petrograbados. En junio de 2009, se declaró a Samalayuca Área Natural Protegida, con el carácter de Área de Protección de Flora y Fauna, en la que se incluyen 50 sitios arqueológicos. 

Al hacer la ruta arqueológica de Chihuahua se puede visitar la Reserva de la Biosfera de Janos, que protege a la última manada silvestre de bisontes. Crédito: Shutterstock.

La joya de barro

A casi 300 kilómetros al sureste de Ciudad Juárez está Casas Grandes, un Pueblo Mágico que resguarda una enorme riqueza cultural. A un lado de la población, se localizan la zona arqueológica de Paquimé y el Museo de las Culturas del Norte. 

Paquimé es la zona arqueológica más importante de Chihuahua y destaca por sus construcciones de barro y sus puertas en forma de T. Está relacionada con otra zona llamada el Valle de las Cuevas, donde se ubica la Cueva de la Olla, un almacén de granos durante el apogeo de Paquimé. 

La antigua Paquimé, descubierta en 1562 por los españoles, impactó a todos por su arquitectura de hasta siete pisos en medio de la nada. Hoy se sabe que aquí vivía la élite que controlaba la producción agrícola de la región, los accesos y la distribución del agua, así como el intercambio de productos.

Hasta la actualidad, a propios y extraños les resulta sorprendente la conservación de Paquimé a través del tiempo, pues, según el INAH, se pudo haber originado hace 3,000 años, aunque las primeras aldeas han sido datadas hacia el 700 d.C. Buena parte de su extensión total aún permanece sin ser excavada. 

Nadie debe partir de Paquimé sin haber conocido tres casas en particular: la Casa de los Hornos, la Casa de las Serpientes y la Casa de las Guacamayas. 

Para completar la visita es preciso adentrarse en el Museo de las Culturas del Norte, donde se cuenta la historia de las civilizaciones que han pasado por esta región y presenta las piezas que se han hallado en las excavaciones, entre ellas vasijas de cerámica antropomorfas y zoomorfas, piedras semipreciosas, conchas y obsidianas.

El sitio arqueológico está abierto de martes a domingo de 9 a.m. a 5 p.m. y cuenta con visitas guiadas. 

Arte vivo

Después de viajar al pasado, al volver al pueblo hay que hacer una parada en la Casa de las Botellas. Aunque es un sitio completamente distinto a los anteriores, para nada desentona. Se trata de una obra de la artista Grisel Ortiz, quien con miles de botellas de vidrio y cemento pintado dio a los paseantes un motivo para detenerse. 

Para conocer otras creaciones artísticas de la zona, a 20 minutos está Mata Ortiz, una pequeña comunidad agrícola que se transformó en un centro de producción artesanal gracias a la labor del maestro alfarero Juan Quezada. Él murió hace dos años, pero artesanos locales, como Héctor Gallegos y Laura Bugarini, continúan con su legado de cerámica inspirada en la cultura prehispánica de Paquimé.

La cerámica de Paquimé, expresiva y delicada, sirvió de inspiración para revivir la alfarería artística en el pueblo de Mata Ortiz. Crédito: Getty Images.

Déjate sorprender por esta ruta arqueológica en el estado grande de México, muestra de la adaptación humana al ecosistema desértico y, sobre todo, de la inagotable creatividad de sus habitantes.

Viaja a Mazatlán a través de nuestras rutas:

Visita Chihuahua a través de nuestra rutas:

EnvivaRevista

DESCARGA TU REVISTA ENVIVA VERSIÓN PDF

DESCARGA
TU REVISTA ENVIVA VERSIÓN PDF