Casa Prunes se encuentra en un edificio construido en 1916 por el despacho de arquitectura Prunes. El inmueble, desde su origen, ha destacado en el barrio por su hermosa fachada llena detalles orgánicos y cornisas curvas, un elemento poco común en la ciudad. Construida con estilo art nouveau, muy en boga en las principales ciudades europeas a inicios del siglo pasado, contrasta con la arquitectura neoclásica de los edificios vecinos.

La casa también comparte con el barrio los cambios de cada época. Después de albergar cuatro departamentos, se convirtió en vecindad y sufrió el deterioro posterior al terremoto de 1985. La casa fue remodelada en 2006 para albergar de nueva cuenta departamentos, pero hoy abre sus puertas a quienes viven y visitan este barrio de la Ciudad de México. 

En el interior, todo se organiza en torno al patio central y su protagónica escalera. Los espacios, con techos y ventanas amplias, llenan la casa de luz natural durante el día. Por la noche, la casona se ilumina con tonos cálidos en sus distintos ambientes, creando una atmósfera acogedora. El papel tapiz con su característico diseño antiguo, la vegetación, la textura de los muebles y el contraste con las mesas de piedra pulida crean un ambiente sofisticado con líneas que recuerdan a la época del Gran Gatsby. Sin duda, un escenario muy estimulante e inspirador.