La península del sur del país es, por mucho, uno de los destinos más sorprendentes de México. Algunos dicen que lo que atrae a los viajeros son los famosos tonos turquesa de sus aguas, mientras otros dicen que la gastronomía del mar es el verdadero imán; otros hablan más bien del creciente mundo ecoturístico y de las experiencias en la naturaleza que ofrece a cada uno de sus visitantes. Lo que sí es un hecho es que, sin importar la razón por la que hagas un viaje al Caribe, quedarás sorprendido con lo mucho que este destino tiene para ti.
Pero ¿por dónde empezar? En una zona rodeada de arena y mar, comenzar con una recomendación que no fuera una mezcla de éstas, sería un error, y en Cancún las opciones abundan. Para los que buscan aventuras únicas, una de las paradas obligadas está debajo del mar, se trata del Museo Subacuático de Arte. Este museo está enclavado en las aguas que rodean Cancún, Isla Mujeres y Punta Nizuc; ahí se exhibe una colección de 500 esculturas, la gran mayoría de Jason deCaires Taylor, el escultor, conservacionista y fotógrafo británico que creó el primer parque de esculturas submarinas en Granada y que encontró en el Caribe el espacio ideal para su trabajo artístico.
Para conocer este increíble museo de esculturas submarinas hay que ser un buzo certificado.
El museo se pueden recorrer de tres formas distintas: en un bote con fondo de cristal, en un circuito de snorkel para los que quieren un poco más de adrenalina y, por último, buceando entre ellas de la mano de un instructor certificado en las profundidades del mar.
Estas mismas aguas caribeñas esconden algunos oasis flotantes que, sin duda, debes conocer, e Isla Contoy, al norte de Isla Mujeres, es uno de ellos. Esta pequeña isla –de apenas 230 hectáreas– de arena fina y aguas calmadas, es el plan perfecto para pasar un día en el mar. El viaje empieza con alguno de los tours en lancha que entre olas te llevarán hasta este pedazo de tierra que parece salido de un cuento tropical de piratas. Por su ubicación en una parte del segundo arrecife más grande del mundo –el Sistema Arrecifal Mesoamericano o, como le conocen localmente, Ixlaché–, en esta isla hay que practicar snorkel, la claridad del mar te permitirá ver una inmensa variedad de especies de corales, anémonas, erizos, moluscos y pescados que por la proximidad con el arrecife sólo se pueden ver aquí. Además de colorida, esta experiencia será única.
Un Área Natural Protegida por la gran biodiversidad de la zona, no sólo de flora y fauna marina sino también por la cantidad de aves que viven en el territorio. Crédito foto: Bernardo Buendía
La gastronomía de la isla tiene a los productos del mar como el centro de los platillos. Para comer como un local hay que sentarse en alguno de los restaurantes que sirven los sabores tradicionales de la región, como el pescado tikin-xic, un clásico que se disfruta más con la caída del sol en el horizonte.
De regreso a Cancún, una de las mejores opciones para cenar es La Habichuela, que, desde 1977 y hasta la fecha, tiene uno de los menús mar y tierra más emblemáticos de la ciudad. Cualquier preparación con mariscos es garantía, pero las preparaciones con recado negro, un mole espeso de varios chiles que se sirven con carne de res o de cerdo, son las especialidades de la casa.
Las especialidades locales en cualquiera de sus versiones te sorprenderán. Crédito foto: Bernardo Buendía
Aunque Cancún atrae a muchos con su combinación entre infraestructura y naturaleza, no todo lo que hay que visitar está aquí. Parte de la magia de este viaje está en la posibilidad de recorrer la costa hacia el sur de la Riviera Maya. Con un trayecto dual entre el azul y el verde, el recorrido en carretera te llenará de sorpresas. Puerto Morelos, considerado la entrada a la Riviera Maya y una parada emblemática de la península, es un pueblo pequeño en el que se conserva el muelle más antiguo de Quintana Roo; su playa presume muchos tonos de azul y también aguas tranquilas. Aquí hay que atreverse a nadar en uno de los cenotes de la zona, para estar en contacto verdadero con la inmensidad natural del Caribe.
Fuera del agua, un paseo tranquilo por el Jardín Botánico Yaax Che es ideal para pasar la tarde. Este sitio abrió sus puertas en 1982 con la finalidad de preservar la flora y la fauna locales. Entre sus senderos encontrarás una pequeña zona arqueológica y una torre desde la que se tiene una de las vistas más bonitas de la selva y el mar. Aprovecha para tomar una foto en la cima con el Caribe de fondo.
Esta ciudad pesquera, entre Cancún y Playa del Carmen, es perfecta para pasar los días más tranquilos.
A la hora de descansar recomendamos un hospedaje de ensueño. El Fairmont Mayakoba Riviera Maya te alojará en una especie de cuento en medio del bosque tropical; en un hotel como éste no hay espacio para lo ordinario, el confort y el servicio de primera son excepcionales. Este es el mejor lugar para pedir un masaje en el spa, pues la cultura maya de bienestar y relajación se transmite en cada una de las terapias relajantes que, después de vivirlas, se convertirán en tu actividad caribeña favorita.
Seguimos hacia el sur para otra escapada natural al parque ecológico Xel-Há, un acuario natural impresionante. Entre sus aguas podrás ver un montón de peces de colores, rayas, delfines y, con suerte, algún manatí; nadar aquí se convertirá en uno de los mejores recuerdos de este viaje.
Tulum, además de la naturaleza caribeña que por sí misma es impresionante, tiene la mejor oferta gastronómica y de diseño en la Riviera Maya. La zona es un hotspot a nivel mundial y por ello atrae a muchos viajeros para conocer las mejores y más populares propuestas.
En el Caribe hay una gran oferta de parques temáticos que te permiten explorar la región por medio de muchas actividades muy interesantes.
Para conocer este destino, lo mejor es rentar una bicicleta y pedalear hasta recorrerlo todo. El primer lugar al que hay que llegar es la zona arqueológica, un sitio que guarda los vestigios de una ciudad amurallada y que te acercará al pensamiento maya. Aunque esta zona no tiene grandes edificaciones, su belleza particular se encuentra en que éstas son bañadas por el mar y eso la convierte en uno de los lugares más fotografiados de Tulum.
A lo largo de la línea costera, el despliegue de gastronomía del mar e internacional es grandísimo: sushi, pasta hecha a mano y, por supuesto, los mariscos más frescos son sólo algunas de las opciones a la hora de comer. Aquí en Tulum probarás un gelato que impactará a cualquier italiano, su textura y dulzor exactos lo hacen el mejor postre para pasar una tarde frente a la playa.
Las aguas de esta isla caribeña son hogar de miles de especies marinas.
En la laguna Kaan Luum, también en Tulum, puedes darte un baño de lodo, que se produce en el cenote de la laguna y que –según cuentan los habitantes del lugar– tiene propiedades curativas para el cuerpo y también para el alma.
Un viaje por Quintana Roo nunca está completo sin detenerse en Cozumel, una isla paradisiaca en la que bucear o hacer snorkel; son las dos actividades obligadas pues es su biodiversidad marina es impresionante.
A la hora de la comida las opciones son muchísimas. En La Perlita preparan los mejores ceviches y cocteles de mariscos de la isla. La langosta de Fernando Jr’s Lobster House también es espectacular.