Aguascalientes es el espectáculo más inesperado del Bajío. Sus maravillas naturales son testigos de la historia de esta tierra y se expresan en presas, cañones y cascadas. La bondad de estos lugares permite que quien los visite decida si quiere dejarse sorprender por la belleza y la inmensidad de lo natural o si prefiere vivir una aventura de mucha adrenalina.
En la ciudad, el ritmo que predomina es el de la paz y el sosiego, pues su ambiente cultural e histórico invita a la contemplación. Una caminata por el centro histórico es a la vez un paseo tranquilo entre arte, arquitectura y jacarandas. Aguascalientes es una experiencia heterogénea, pero, sobre todo, mágica.
Un pueblo minero con más de 500 años de historia; uno de paisajes naturales imponentes y uno con actividades al aire libre y olor a guayaba. Así son los pueblos de este destino mágico.
Dos de los principales atractivos de este municipio para los viajeros que buscan contacto con la naturaleza.
Si el olor a guayaba flota en el aire, estás en Calvillo. Este Pueblo Mágico es uno de los principales productores de esta fruta en México y en sus sembradíos los cambios de color y texturas son hipnóticos. Las caídas de agua y las paredes montañosas atraen a los aficionados de la escalada, el rappel y el ciclismo; uno de los lugares privilegiados para pasear rodeado por la infinita Sierra Fría es la presa de Malpaso.
La mejor forma de conocer la historia de este pueblo casi fantasmal es por medio de la Ruta del Misterio. Uno de los atractivos más llamativos es que en la parada que se hace en la parroquia de Nuestra Señora de Belén se puede ver un Cristo elaborado con restos humanos. La visita misteriosa también llega a un panteón local para conocer sus santuarios.
Este fue el primer Pueblo Mágico de Aguascalientes; su aura misteriosa y casi fantasmal permite un viaje como pocos.
La puerta a la Sierra Madre Occidental no puede ser más que sinónimo de ecoturismo. En el Parque Aventura Boca del Túnel te espera un circuito vertiginoso de 13 kilómetros por puentes colgantes a más de 20 metros sobre una laguna. El nombre del parque hace alusión precisamente a un túnel que se abrió en la montaña y que es ideal para hacer cañonismo. Además, hay tirolesas y, para los que quieren disfrutar con menos adrenalina, recorridos a caballo, en lancha o en bicicleta.
Este pequeño poblado también guarda las mejores vistas de la inmensidad natural del estado. Para llevarse una postal espectacular en la memoria, hay que transitar la carretera que se interna en la sierra y llegar hasta un mirador en el que se desdobla el valle. Si se prefiere hacerlo no desde las alturas sino a ras del suelo, un paseo por la presa Plutarco Elías Calles también quita el aliento; apunta en dirección a la Isla del Cristo Roto, en donde una monumental escultura cautiva a los visitantes, sobre todo si se visita al atardecer.
Estos tres Pueblos Mágicos son una muestra muy representativa de lo seductor que es Aguascalientes.
Este municipio se encuentra a 45 minutos de la ciudad de Aguascalientes y es un paraíso ecoturístico muy visitado por sus actividades, pero también por sus hermosas vistas.
El centro de la ciudad tiene muchos espacios que encantan a quienes viajan con inquietudes históricas, arquitectónicas y artísticas. El punto de partida de este recorrido es la Plaza de la Patria. Al centro se alza la Exedra, una columna que en la cima tiene a un águila devorando una serpiente y que es un símbolo arquitectónico de la ciudad.
El Patio de las Jacarandas es un oasis de flores moradas en plena ciudad. El espacio tiene un techo intervenido por el famoso artista neerlandés Jan Hendrix: con un juego de luces y sombras, el piso se transforma en una alfombra de texturas orgánicas preciosas. Este es uno de los lugares más apacibles del centro y en el que puedes pasar el día entero contemplando el movimiento de las sombras con toda tranquilidad.
El Museo José Guadalupe Posada, dentro del bellísimo Templo del Encino, es otro lugar que deja encantados a los visitantes. Está dedicado al grabado —y por eso lleva el nombre de uno de los grabadores más grandes del mundo—; la sala que celebra el trabajo del hidrocálido es muy conmovedora.
La magia y el encanto hidrocálido está en los fragmentos de sus paisajes naturales, en los detalles escondidos tras las montañas y entre las calles de la ciudad. Aguascalientes se experimenta y se contempla; depende del viajero qué tipo de viaje quiera vivir, pero una cosa es cierta: quedará realmente sorprendido.
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