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Crédito: Shutterstock.

El MUNDO MÁGICO

Diez ricos motivos

para visitar Mexicali

Por Wendy Pérez

Como buena cachanilla que soy, cada vez que me preguntan sobre los íconos de nuestra cocina, vienen a mi cabeza la imperdible comida china y los diversos estilos de cervezas artesanales. De este par de experiencias hay un mundo de recomendaciones, pero en esta ocasión quiero compartirles otras razones gastronómicas que hacen de Mexicali una ciudad muy viva y que la ponen en la mira nacional.

La Meche Cocina

Comienzo por el restaurante del chef Santos Chavira, creador de la cocina cachanilla de barrio que se inspiró en lo que somos: producto de las migraciones. Santos se ha atrevido a compartir productos antes poco tomados en cuenta, solo basta ver su barra de mixología. Los imperdibles son los colsquites, los tacos dorados de chicharrón prensado con abulón, los tacos de papa con ceviche de caracol y la torta coreana; sabores que han puesto a la ciudad en la mira de listados como La Guía México Gastronómico 2025 que por tres años consecutivos la ha mencionado como imperdible del país.

IG: @lamechecocina

El chef Santos Chavira es creador de la cocina cachanilla de barrio, inspirada en la identidad de la ciudad, producto de las migraciones. Un verdadero imperdible en Mexicali. Crédito: Cortesía La Meche Cocina.

Avia Restaurante

Desde que abrió en 2022, marcó una diferencia en Mexicali. El chef Omar Valenzuela se esfuerza en presumir los productos de la Baja, en seleccionar una carta de vinos de pequeñas bodegas de Valle de Guadalupe y, al igual que La Meche, pone gran atención en su mixología. De su nuevo menú hay que pedir el rigatoni con salsa gochujang, camarón y perejil, las croquetas de machaca y chile güerito y el arroz con leche, toronja, piñones y licor de naranja. 

IG: @aviamxli

Café Tseek

“Café hasta los huesos” es el eslogan de esta cafetería, y es justo lo que muestra su selección de granos de especialidad que provienen de Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Colima, y que Artemio de la Cruz, Ángel Domínguez y Heberto Verduzco tuestan en su Casa Tostadora. Ya sea para llevar o para probar en sus dos direcciones este abril abrirán su tercera cafetería, no hay pretexto para que no pruebes un buen espresso o el guayalatte (espresso, leche y guayaba). Si te topas con otro tostador mexicalense llamado Hyperjump Coffee, no dudes en experimentar sus granos, que puedes encontrar en cafeterías como Café Horizonte. 

IG: @tseekcafe

Kalinka

Kalinka es otra sorpresa a la que he vuelto muchas veces: sus panes de masa madre, sus horneados y repostería son imperdibles. Los responsables son el chef Alfredo Acosta, su esposa y chef Vasilisa Malinka y su hermana Francelia. La popularidad del croissant de almendra, el panqué de plátano y tamarindo, las orejitas, las conchas de mazapán y el pan de elote ponen en evidencia el expertise y el uso de valiosos ingredientes. Aquí también encontrarás buen café, pues trabajan de la mano con tostadores cachanillas y Pólvora, de CDMX.

IG: @kalinka_mxli

Kalinka, Café Tseek, Solara, Avia, Ursa y los clásicos bares La Conga y Acueducto forman parte de la oferta gastronómica que hace de Mexicali una ciudad muy viva y que la ponen en la mira nacional. Crédito: Shutterstock.

Solara Barra de Mariscos

En Mexicali somos “marisqueros”, y aunque no tenemos la tradición ensenadense de las carretas, el chef Carlos Guevara nos acercó un poquito a esta experiencia en Solara, una barra de mariscos con un menú muy concreto pero muy sabroso, reflejo de 14 años manejando productos del mar. Al ser una barra pequeña, hay que esperar lugar, pero vale toda la pena. La recomendación: tostadas de ceviche mixto, la tostada de callo y la Califa, una gloria con pescado rockot, mayonesa de chiles, aguacate y jengibre encurtido. 

IG: @solara.mxl

Haiku Comida y Cultura Japonesa

La migración japonesa es parte del sentir de la ciudad. Y la familia Kiyota nos acerca a varios de los sabores que rememoran las cuatro generaciones que llevan en la ciudad. Abrió en 2017 en una de las zonas más antiguas y céntricas, con una carta que luce unos tremendos y bien servidos platones de ramen, o las tradicionales gyozas rellenas de vegetales y carne molida de cerdo. Planta Libre, en la parte superior, es un espacio experimental de arte dirigido por Mino Kiyota.

IG: @haikumexicali

La migración japonesa es parte del sentir de Mexicali. Y la familia Kiyota comparte en su restaurante Haiku cuatro generaciones de recetas, sabores y cultura. Crédito: Cortesía Haiku.

El Mandarín Music Bar

Apenas hace unos meses se comenzó a saber de El Mandarín Music Bar, un espacio en el corazón del barrio chino, zona donde nació La Chinesca, sus túneles los cuales puedes visitar y el primer restaurante chino en 1927, llamado Número 19. Hoy, es un espacio rehabilitado, incluso nombrado Barrio Mágico de México, y la sede de este bar que se caracteriza por su mixología, vinilos y la alta definición musical. Recomiendo estar atentos a sus redes pues anuncian con antelación su line up semanal. 

IG: @elmandarin.musicbar

Bar Acueducto del Hotel Lucerna

Hay costumbres cachanillas que no pueden quedar fuera, como el pasar por un clamato especiado y frío al bar Acueducto, del Hotel Lucerna. Se cuenta que en ese bar, por los años sesenta, un cantinero sirvió por primera vez un jugo de tomate aderezado con abulón rojo y salsa Tabasco. Con el tiempo se sustituyó el abulón por las almejas (clam en inglés), de ahí su nombre. Hoy la mezcla más popular es con cerveza.

IG: @lucerna_mexicali

La Conga Bar

El clamato también tiene otra catedral, y se llama La Conga, un bar fundado en 1979 por don José Angulo. Se cuenta que aquí nació la Chabela, una mágica combinación de cerveza y clamato, medio escarchada con limón y sal con chile seco, que se sirve en una copa Chabela o Tongolele. Abre todos los días del año desde las diez de la mañana. Yo nunca me pierdo el abulón original o el atún ahumado fresco para botanear, mientras vas pensando cuáles canciones poner en la rocola.

IG: @lacongabarmx

Ursa Restaurante

Vale la pena que cruces la frontera para probar lo que el chef Aaron López, originario del vecino Calexico, California, está haciendo. La propuesta de Ursa, a 22 kilómetros de la frontera, está dedicada al desierto, a su gente y sus productos. Su menú cambia según la temporalidad, y en mis visitas me ha tocado probar una calabaza añejada en ceniza con chile ahumado y miel local, la machaca de jabalí del Valle Imperial con frijoles teparu y pan roti, y el sándwich de helado elaborado con la harina de vainas de mezquite molidas, ¡una delicia! Ursa es un gran ejemplo en la zona de lo que se puede hacer con lo local.

IG: @ursa_desert

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