Hablar de San Cristóbal de la Casas es hablar de un lugar en el que conviven en armonía lo mejor de varios mundos, desde sus detallados textiles artesanales hasta una gastronomía digna de las capitales internacionales más caprichosas, y en cuyo entorno natural, enmarcado por calles adoquinadas, se escuchan lenguas endémicas y extranjeras que siempre encuentran las palabras para saludarse y compartir anécdotas. San Cristóbal es ese lugar en el que el café es sagrado y su degustación no menos que un ritual.
Sí, “Sancris”, como lo llaman los locales y foráneos que radican ahí, tiene una especie de magnetismo que te atrapará de inmediato. Descubre por qué su fuerza de atracción es tan única, no sólo para los visitantes del resto de la República Mexicana, sino para el mundo entero.
San Cristóbal de las Casas está a unos de 44 km de la capital del estado y se puede llegar fácilmente desde el aeropuerto en un placentero viaje por carretera. Al entrar, de inmediato se percibe cómo empieza a florecer otro tipo de vida. Entre techos de teja roja, montañas, neblina y muchos colores encendidos, aparecen las postales chiapanecas una tras otra. En el centro histórico las cafeterías, restaurantes, bares, hoteles y hostales se vuelven una constante.
Cuando se trata de escoger el lugar destinado al descanso, el centro de la ciudad es la mejor opción, con una oferta amplia y apta para todos los presupuestos. En particular, Hotel Bo refleja la esencia de San Cristóbal al combinar elementos de épocas distintas en cada uno de sus rincones. Su sofisticado diseño y mobiliario se integran a la perfección con los acentos de color y texturas que aparecen en los pequeños detalles de producción local y artesanal.
Cuando las nubes cubren el cielo, al atardecer, las calles pueden pintarse con tonalidades espectaculares.
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Tres andadores turísticos cruzan la ciudad, cada uno con una oferta especial. El andador Eclesiástico corre de la iglesia de Santo Domingo hasta la plaza y Catedral de la Paz, y en él podrás ver el Arco del Carmen, el Palacio Municipal y el Teatro Daniel Zebadúa, entre otros.
El andador de Miguel Hidalgo culmina en la popular Plaza de San Agustín, que reúne algunos de los sitios favoritos para tomar un trago, como la barra del Café Bar 500 Noches, o para comer algo de comida internacional, como Bangcook o Peruano Cevichería. Por último, el andador de Guadalupe reúne boutiques y tiendas de artesanías, bordados, textiles y joyería de gran factura. En Folklora se encuentran los diseños textiles más elegantes de la ciudad, hechos por artesanos locales.
Cuando el hambre apremia, en el barrio de Guadalupe las opciones culinarias son incontables. Sobre el andador está el restaurante argentino Pachamama, y en las calles aledañas hay otras opciones maravillosas como Cocoliche y Asiarico7, cocina coreana de autor. Y si de comida típica se trata, el menú de degustación de Tierra y Cielo, de la chef Marta Zepeda, es majestuoso.
En Tierra y Cielo, se pone en alto la gastronomía chiapaneca con ingredientes regionales, fruto de un proyecto social con la comunidad.
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Resulta un sacrilegio visitar San Cristóbal y no comprobar empíricamente su oferta de café y destilados, pero entre tantas opciones que inundan la ciudad, puede ser fácil perderse.
Libre Café es un pequeño local donde realizan diferentes tuestes y mezclas. Desde el café de grano o molido para preparar en casa o para tomar ahí, los aromas son electrizantes. Por su parte, Cafeología se especializa en el estudio y los procesos para preparar café; tienen buenos postres y un espacio arquitectónico muy agradable. Otro de los favoritos es Frontera Café, en donde sirven buenos desayunos y su café es definitivamente de los mejores.
El aroma del grano recién tostado invita a entrar en los patios y casonas que sirven cafés de especialidad.
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Al igual que en el resto del país, el mezcal ha tenido un enorme auge en San Cristóbal de las Casas. Casi en cualquier bar se puede pedir el de Todos Contentos, una marca local con una variedad impresionante de agaves de Oaxaca y Michoacán. Pero si de destilados se trata, en San Cristóbal el pox, un destilado ancestral de maíz, es vital. Tanto en Poshería como en La Espirituosa se pueden hacer catas de esta bebida típica.
Oaxaca, México
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La vibra única, relajada, sonriente y cálida de San Cristóbal de las Casas ha convertido a este pequeño poblado de no más de 190,000 personas en una auténtica capital cosmopolita. Su magia está en su gente y, lo mejor, es que está ávida de darle la bienvenida a todos.