La península de Baja California es uno de los destinos gastronómicos más asombrosos de nuestro país. Al comer en sus ciudades principales —Tijuana, Mexicali, Tecate y Ensenada— se descubren cocinas de mar influenciadas por la migración que caracteriza a este estado; por estar en la frontera y ubicarse entre el Pacífico y el mar de Cortés, su riqueza culinaria se inspira de muchas culturas, historias, ingredientes y productos.
Aquí te proponemos un recorrido por la alta —y también baja— cocina mexicana con un toque mediterráneo que impera en el estado de Baja California, adentrándonos en las propuestas más renombradas de los últimos años, ya sea por integrar productos locales o por inspirarse en técnicas culinarias internacionales.
Las carretas de mariscos son el gran emblema de la gastronomía local. En el centro se pueden encontrar muchos carritos con preparaciones a base de productos frescos del mar, pero las favoritas de los ensenadenses son tres: la carreta de Mariscos El Gordito, la de Mariscos El Güero y la internacionalmente famosa La Guerrerense.
Además de su oferta vinícola, Valle de Guadalupe está siempre listo para derretir los paladares más exigentes con el concepto de cocina Baja Med.
Crédito: Getty Images.
Más allá de la comida de calle, la ciudad tiene propuestas gastronómicas de alto nivel, pero antes de pasar a la lista de los restaurantes de destino, es decir, aquellos que obligan a viajar a Baja California por sí mismos, hay que hablar de la cocina Baja Med, el gran concepto culinario que atraviesa a Ensenada.
La cocina Baja Med comenzó como una tendencia gastronómica en la que se fusionaban sabores mexicanos, mediterráneos y orientales. Sin embargo, ha llegado a expresar mucho más que esa apuesta culinaria y turística que relaciona los productos estelares de la región en un mismo platillo, pues actualmente es una de las bases de la cocina contemporánea de Baja California. Es la identidad gastronómica del noroeste del país.
Los restaurantes que hoy en día representan y reinterpretan el legado culinario de la región son Manzanilla, el icónico restaurante de los chefs Benito Molina y Solange Muris, y Muelle 3, una propuesta fresca, sencilla y a excelente precio, del chef Andoney García.
En un relajado patio de Tecate, te esperan vinos de la región, mixología, cerveza artesanal y deliciosa comida a cargo del chef Edgar Olvera.
Crédito: Cortesía Vinoteca.
A 40 minutos del centro de Ensenada, por la carretera a Tecate, está el Valle de Guadalupe, la experiencia turística más sofisticada y cercana a un paisaje mediterráneo de Baja California. Aquí se encuentran los viñedos y plantaciones de olivos más importantes de México, pues este valle produce 90% del vino de todo el país. Sin importar qué ruta de vino se elija, hay que hacer lo posible por visitar los espacios de las etiquetas clásicas, como L.A. Cetto, Casa de Piedra, Las Nubes, Santo Tomás y Monte Xanic.
Si de comer de lujo se trata, Corazón de Tierra, del chef Diego Hernández Baquedano, es una de las cocinas más orgánicas, sostenibles y reconocidas en la última década —hoy es parte de la lista Latin America ‘s 50 Best Restaurants—. Y si se quiere comer sencillo y placentero, Finca Altozano, del chef Javier Plascencia: no hay más. Denominado como “asador campestre”, este restaurante es donde la leña y el mar se conocen. El lugar no tiene paredes, las mesas son de madera y el techo de lámina, pero la vista del valle y la experiencia íntima lo es todo.
Los principales productos e ingredientes locales de Baja California son los mariscos, los vinos, los quesos, el aceite de oliva y la sal.
Tecate es el Pueblo Mágico de Baja California. Su gastronomía se inspira en los productos locales y, más recientemente, en técnicas modernas e internacionales, pero sin duda hay algo que todo los tecatenses saben sobre la cocina de su tierra: que su rey es el vino y su reina la cerveza.
Entre los lugares más destacados están la Vinoteca Tecate, un restaurante bar en el centro con una impresionante colección de vinos locales y cervezas artesanales que se disfrutan en un lindísimo patio, y el restaurante Amores del chef Marcelo Hisaki, una cocina fusión entre sabores e ingredientes orientales y mexicanos.
Ya sea con una tostada de pulpo en la mano o una copa de vino, disfrutar de la gastronomía de Baja California es acercarse a un sincretismo de sabor sin comparación en México. Estas cocinas del norte son regidas por los ingredientes y productos locales, pero también por las personalidades de quienes las cocinan y las reinterpretan para seguir construyendo el legado culinario de la región.