Ciudades tan grandes como la Ciudad de México tienen mucho que ofrecer. Usualmente las recordamos por su vida nocturna, el centro histórico, sus innumerables museos o su gastronomía. Entre la gran oferta de planes que se pueden hacer en una de las ciudades más grandes del mundo, siempre se necesita un respiro.
Cada vez es más común que los viajeros busquen espacios al aire libre desde los que se pueda conocer el destino que visitan. En la Ciudad de México, los parques son esos oasis verdes que invitan a la calma en medio del movimiento.
En un viaje por la capital de nuestro país hay tres parques que tienes que conocer: el Parque Ecológico de Xochimilco, el Bosque de Chapultepec en la alcaldía Miguel Hidalgo y el parque La Mexicana, ubicado en una de las zonas más modernas de la ciudad.
Tres planes ideales para caminar a tu propio ritmo y relajarte mientras conoces la cara verde de esta ciudad en un viaje en el que todos, la familia, los amigos y hasta las mascotas, van a disfrutar muchísimo.
Este parque tiene en su extensión más de 2,500 árboles y 50,000 m2 de vegetación que cubre el suelo.
La zona financiera y corporativa de la ciudad es también una de las más modernas. El panorama de Santa Fe, en la alcaldía Cuajimalpa, es dominado por edificios con grandes propuestas arquitectónicas y rascacielos inteligentes pero que —desde 2017— gracias a la apertura del parque urbano La Mexicana, se revitalizó y se convirtió en el lugar que todos deben conocer.
El proyecto se mezcla muy bien con el paisaje urbano de la zona, pues el diseño estuvo a cargo de los arquitectos Mario Schjetnan y Víctor Márquez, dos grandes exponentes de la arquitectura y el paisajismo contemporáneo que combinan la sofisticación del diseño con el compromiso ecológico y social.
Este parque es para todos, por lo que es una magnífica opción para ir con toda la familia, niños, abuelitos y hasta con la mascota. El espacio es grandísimo y entre las áreas que se pueden usar están una ciclopista, un skatepark, canchas, zonas con juegos infantiles, pistas para correr, senderos para caminatas, un jardín para las mascotas, un jardín oculto —para disfrutar sólo del sonido de la naturaleza— y un corredor gastronómico.
Los deportistas tienen que recorrer la ciclopista de cuatro kilómetros; aunque es pequeña, es una buena manera de conocer el parque, puedes llevar tu bici o rentar una ahí mismo. La altura de la zona y los desniveles de la superficie representan un reto divertido para cualquiera. Para los más chiquitos, el área de juegos y los cuerpos de agua son buena opción; lleven veleros y organicen un torneo a las orillas de alguno de los lagos del parque.
Lleven una canasta con algunos snacks y armen un picnic en el pasto para refrescarse y descansar entre una actividad y otra. A la hora de la comida, vayan al corredor gastronómico, hay muchas opciones y para todos los gustos. Porco Rosso, especialista en preparaciones con BBQ, es perfecto para cerrar el día.
Al sur de la ciudad se encuentran las 148 hectáreas a las que llamamos Parque Ecológico de Xochimilco, al que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad desde 1987. Una visita a este parque es una oportunidad para hacer contacto con la tradición, la cultura y la historia de la zona.
Casi una tercera parte de su superficie está cubierta por cuerpos de agua: lagos y humedales naturales; recorrerlos a bordo de una trajinera es la actividad por antonomasia en este lugar. El auténtico recorrido incluye música —que si es de mariachi, mejor—, comida típica y mucho buen ambiente.
Hay dos paradas en el camino que enriquecen la experiencia. La primera es la Chinampa didáctica, un espacio de 1,100 m² que recrean el funcionamiento del método de cultivo prehispánico que empleaban los mexicas en esta zona y que hoy sigue vigente. Verás cultivos de jitomate, calabaza, maíz, chile, lavanda y maíz, entre muchas más. La segunda es el Museo Chinampa Xóchitl, un recinto cultural que tiene como objetivo dar a conocer la flora y la fauna endémica xochimilca y ayudar a su conservación. Xochimilco es tierra de flores muy coloridas, fuertes y muy bonitas, y es también el hábitat de una especie adorable: el axolote. En el museo conocerás lo que hace falta para ayudar a que este animalito y otros no desaparezcan.
Esta nueva cara de Xochimilco está rehabilitada para que la visites y disfrutes de su riqueza natural. Fuera del agua también hay actividades por hacer; la ciclopista del parque es de casi nueve kilómetros de longitud, por lo que los amantes de la bici pueden pasar un día rodando entre la vegetación. El parque tiene, además, áreas infantiles con juegos, renta de lanchas con pedales, un cactáreo interactivo y espacios para la observación de aves para consentir al birdwatcher que llevas dentro.
El Parque Ecológico de Xochimilco es un gran lugar para los visitantes que buscan un acercamiento auténtico con la naturaleza en un entorno sostenible y dentro de la ciudad.
En una visita a este lago, además de disfrutar de la naturaleza, uno aprende sobre las costumbres de vida prehispánicas.
El Bosque de Chapultepec es, además de uno de los pulmones más grandes de la ciudad, un proyecto ecológico y recreativo más que ambicioso pues, ahora que inauguró su cuarta sección, que contará con cineteca, múltiples espacios deportivos y recintos culturales, pretende convertirse en el parque biocultural más grande de todo el país.
Hoy el Bosque de Chapultepec está dividido en cuatro secciones que conforman sus más de 800 hectáreas dignas de que le regales, aunque sea, un día de tu visita a la Ciudad de México. Chapultepec ofrece un sinfín de actividades para todo tipo de gustos, pues este gigantesco lugar tiene más de ocho museos —entre ellos el Museo Nacional de Antropología, el Museo Tamayo y el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec—, una vasta oferta de restaurantes y zonas para que organices tu día de campo, además de centros culturales. Seguro que te encuentras con una de sus 100 fuentes para relajarte o alguna de sus pistas para correr, patinar o pasear en bicicleta alrededor del Lago de Chapultepec.
La visita al Bosque de Chapultepec es también un recorrido por la historia de México, pues este sitio atestiguó momentos cruciales en la historia del país. Comenzó como un recinto prehispánico, fue ocupado durante la Colonia y en el siglo XIX, ya con el Castillo de Chapultepec como Colegio Militar después de la independencia; este recinto luego fue habitado por gobernantes y hoy es el Museo Nacional de Historia. Con una visita bien organizada, sin salir del Bosque de Chapultepec se puede hacer un recorrido en el que tengamos contacto con cada una de estas épocas y, así, comprendamos la relevancia que ha tenido como uno de los hitos de la Ciudad de México.
Uno de los atractivos turísticos más importantes de la ciudad. Este lugar es visitado por locales y viajeros por igual.
Este museo está en la parte más alta del Bosque de Chapultepec, uno de los pulmones más grandes de la ciudad.
Coloridos barcos tradicionales mexicanos.
Es normal que, al viajar a una ciudad tan grande como la Ciudad de México, pensemos en grandes edificios y en mucho movimiento; por suerte para todos sus visitantes, también tiene enormes espacios abiertos para bajarle el ritmo a cualquiera, disfrutar de la naturaleza y hacer actividades en ella, y para conocerla desde lugares que, como Santa Fe, Xochimilco y Chapultepec, tienen una esencia y una vocación por el turismo ecológico. Estos tres parques son sólo una probadita de todo lo que esta metrópoli te puede ofrecer.