Puerto Vallarta es una de las ciudades costeras más visitadas del país, y para quienes buscan un lugar para vacacionar con muchas opciones, se ha convertido en una de las elecciones más codiciadas. ¿Las razones? La mezcla perfecta entre infraestructura, naturaleza y mar.
La localización privilegiada de esta ciudad la ha convertido en un punto turístico mágico con muchísimas actividades por hacer y al que, además, es muy fácil llegar. Desde la ventana del avión, Puerto Vallarta se revela ante tus ojos como una ciudad entre montañas, selva y mar, protegida por decenas de formaciones rocosas que emergen como icebergs desde el fondo del mar.
Puerto Vallarta es epicentro de las mejores recomendaciones culturales de la zona; su gran escena gastronómica y las actividades acuáticas la han posicionado ante el mundo entero como uno de los destinos consentidos del Pacífico sur de nuestro país. Ya sea que busques relajarte frente al mar o aventurarte entre las montañas de la circundante Sierra Madre, Puerto Vallarta tiene todo lo que esperas de una ciudad de playa y mucho más.
En Puerto Vallarta siempre hay una aventura por descubrir.
El ámbito culinario porteño es uno de los principales atractivos de este destino. No es difícil de imaginar, pero al encontrarse frente al mar la ciudad prácticamente nació entre rituales de mariscos frescos y la pesca del día. Con los años, la oferta gastronómica creció y hoy Puerto Vallarta atrae a quienes se dejan guiar por los buenos sabores y van en busca de nuevas y mejores propuestas de gastronomía de todo el mundo.
Cuando se llega a Puerto Vallarta, los Mariscos 8 Tostadas es la parada obligatoria por recomendación local. La calidez y cariño de los vallartenses se siente desde que recibes el menú, en las generosas porciones de sus platos y en el sazón de sus preparaciones. El ceviche, el aguachile, las empanadas de camarón y las tostadas de atún fresco son algunas de las cosas que hay que pedir en este lugar que, por el amor que ponen en los platos, se siente como una brisa refrescante.
Para los amantes de la cocina de autor, Thierry Blouet lleva 30 años trayendo un cachito de Francia a Puerto Vallarta en su Café des Artistes. La experiencia comienza con la preciosa casona en la que está ubicado y que, con decoraciones huicholas y de una gran variedad de artistas internacionales, se ha convertido en un colorido ícono de la ciudad.
Te recomendamos probar las distintas experimentaciones mar y tierra que tienen en el menú, como el pulpo adobado a la plancha, el aguachile de cactus o el delicioso filete de res al carbón.
La Leche es uno de los íconos de diseño y sabor de la región. Con un diseño completamente monocromático, este restaurante busca que el comensal interactúe con las coloridas obras de arte gastronómico que sirven día a día. Bajo el lema de cocina irreverente, La Leche es una gran recomendación para una cena muy divertida y ciertamente diferente. No te puedes ir sin probar el pato a la naranja, marinado durante cuatro días en el jugo de los cítricos.
Se usan ingredientes de la región por su frescura e impresionante sabor.
Puerto Vallarta poseía características mágicas mucho antes de la construcción de la ciudad. El ecosistema selvático sobre el cual se asentó, la convirtió en un refugio resguardado por inmensas montañas de espesa vegetación y extensas playas de aguas cálidas. Te recomendamos ponerte ropa cómoda porque las actividades que pueden realizarse entre selva y mar lo requieren.
Año con año, la ballena jorobada recorre miles de kilómetros en búsqueda de aguas templadas. Por suerte para los viajeros, Puerto Vallarta y Bahía de Banderas cuentan con las condiciones ideales para que este espectáculo natural ocurra. Marzo es un mes perfecto para ver a estos colosales y bellos animales en el océano y a pocos kilómetros de la costa. Adéntrate en un viaje en lancha hacia las piedras de la zona y verás brincar o salir a respirar a algunas ballenas a pocos metros de donde estés.
Un paseo en velero es perfecto para pasar un día tranquilo en el mar.
A sólo dos horas de Puerto Vallarta (y en un viaje por mar) se encuentran las Islas Marietas, un archipiélago nombrado santuario mundial de biodiversidad con un repertorio de flora y fauna endémica que parece fuera de este mundo. Ya sea que lo admires desde la lancha, o decidas esnorquelear entre sus túneles y cuevas, ésta es una experiencia que se tiene que hacer por lo menos una vez en la vida.
Si eres de los que disfrutan de la adrenalina y la aventura, la distribución geográfica de Puerto Vallarta es perfecta para esto. Hay muchos proveedores de aventuras por los cielos. Outdoor Adventures es una de ellas: además de circuitos de tirolesas que van entre las montañas, organizan actividades ecoturísticas en pozas naturales de aguas y rappel en las paredes milenarias de la sierra. La mejor vista de la sierra se tiene cuando la sobrevuelas, atrévete a sentirte como un pájaro por Puerto Vallarta.
Las puestas de sol en el Muelle de los Muertos son tan icónicas que se han vuelto un atractivo turístico imperdible. El muelle es una imponente estructura que te encaminará hacia el sol con una extensión de poco más de 100 metros sobre el agua.
La playa pública más grande de la ciudad, cerca del famoso malecón de Puerto Vallarta.
Además de ser un centro turístico por excelencia, Puerto Vallarta cuenta con una gran gama de opciones culturales muy interesantes que querrás descubrir.
A treinta minutos de Puerto Vallarta se encuentra la hacienda Rancho Verano, y dentro de ella, la tradicional Destilería Don Chendo, que produce de manera artesanal —y desde hace más de nueve años— un tequila delicioso, como sólo se produce en la tierra que vio nacer esta bebida nacional. La destilería se puede recorrer en un tour en el que conocerás los distintos procesos de destilación y en el que además se puede degustar la variedad de tequilas que aquí se producen y, por si no lo conocías, descubrirás la raicilla: una bebida tradicional de la zona que a juzgar por los locales es un poco más fuerte que el tequila y mucho más fresco, pues por el método de cocción con el que se hace no adquiere notas ahumadas.
Puerto Vallarta está rodeada por tierras huicholas. Desde hace cientos de años, distintas comunidades habitan en zonas circundantes a la ciudad y han establecido una estética artesanal inconfundible. Si estás buscando artesanía local, podrás encontrar estas piezas coloridas y brillantes en muchas de las galerías que abundan en la ciudad.
Hechas a mano por las comunidades huicholas.
El Jardín Botánico de Puerto Vallarta es un espectáculo natural. A lo largo de sus 26 hectáreas de extensión, podrás caminar entre sus pasillos franqueados por palmas silvestres, bromelias y robles, y disfrutar de la armonía musical que provoca el viento fresco de la ciudad entre las hojas de estas plantas. Quienes buscan un rato de tranquilidad, podrán sentarse a descansar y a escuchar a esta gran orquesta natural en las banquitas que van apareciendo en el camino.
Si la hora de la comida llega mientras se recorre el jardín, La Hacienda de Oro, que es el restaurante del lugar, sirve un buen menú internacional, es rico y muy recomendado.
Una gran colección de plantas y árboles endémicos de la región.
La magia de Puerto Vallarta se encuentra en las múltiples caras que le deja ver a sus visitantes. Con una imponente sierra verde por un lado e inmensas formaciones rocosas por el otro, así como la posibilidad de comer mariscos frescos a medio día y admirar el atardecer con una oferta culinaria de talla internacional, Puerto Vallarta tiene lo mejor de ambos mundos. Puerto Vallarta es un paraíso tropical en el que simplemente encontrarás de todo.