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el buen diente

México a través de sus moles

Por Jaime Polanco

Uno de los platillos más emblemáticos de México es el mole, y como hay tantas variedades como ingredientes puede tener, reunimos los cinco destinos con los mejores moles del país.

Con diferentes sabores, texturas y colores, el mole es un platillo tan fascinante que tratar de definirlo es un reto casi tan difícil como su preparación. Estrictamente no es una salsa, ni tampoco un guiso. De hecho, su nombre proviene de la palabra náhuatl mulli, que se emplea para denominar tanto “salsa” como “guiso”. Creemos que lo mejor es que cada persona lo saboree y haga su propia definición con base en su experiencia; para ello, te decimos cuáles son los mejores destinos para probarlo.

Puebla

En este estado se encuentra el mole poblano que, probablemente, es la versión más típica y conocida de este platillo, el cual suele acompañarse con pollo, arroz y tortillas. Aunque cada familia altera ligeramente su receta para darle un toque personal, los ingredientes más tradicionales son clavo, pimienta gorda, comino, canela, anís, chocolate, cacahuate, almendra, nuez pecana, pepitas, ajonjolí, pasas, jitomate, tomate, ajo, cebolla y chiles ancho, mulato, pasilla y chipotle. Si visitas la capital poblana, te recomendamos la Fonda Santa Clara, Augurio y El Mural de los Poblanos para probar algunos de los mejores y más tradicionales moles que ofrece la ciudad.

Veracruz

Conocido anteriormente como mole de novia, el mole de Xico es originario del poblado veracruzano del mismo nombre y es reconocido como el mole más dulce que hay. Se distingue por tener entre sus ingredientes xoconostle, plátano macho y chiles ancho, mulato y pasilla. Puede servirse con guajolote, pollo, enchiladas y hasta tamales.

Oaxaca

Los oaxaqueños cuentan con la mayor variedad de moles. Entre ellos está el mole negro, que es típico del Día de Muertos y lleva más de 30 ingredientes; el mole amarillo o amarillito, por lo general más caldoso, de color anaranjado y cuyo elemento distintivo es el chile chilhuacle amarillo; el mole coloradito, en el que contrastan su dulce sabor con su consistencia espesa; el mole verde, que adquiere su distintivo color del perejil y el tomate y tiene el inconfundible sabor de la pepita de calabaza; y el chichilo, cuya receta incorpora tortilla quemada y diferentes carnes. Los moles manchamanteles y rojo, aunque muchos los consideran moles típicos, por su consistencia más caldosa otros expertos prefieren no incluirlos en la lista. Lo cierto es que si deseas probarlos todos al mismo tiempo, te recomendamos el Festival de los 7 moles de Oaxaca, en el mes de julio.

Moles para toda ocasión

Cualquier motivo es bueno para disfrutar un mole, por eso es plato principal del Día de Muertos, fiestas patronales, bodas, xv años e incluso funerales. 
Crédito: Shutterstock.

Tlaxcala

El mole prieto es más que un platillo típico de Tlaxcala, ya que su preparación es todo un ritual y suele ser sinónimo de celebración, especialmente en las fiestas patronales de localidades como Tetla, San Bernardino Contla y Santa Ana Chiautempan. Es un guiso que suele ser caldoso y se sirve con cerdo. En la elaboración participan muchas personas y la “molera” es quien dirige la medición e incorporación de los ingredientes, que se cocinan en grandes cazos enterrados en el suelo y que incluyen chiles ancho, pasilla y mulato, canela, clavo y ajonjolí. La mezcla se cocina durante la madrugada y después se reparte entre toda la comunidad.

CDMX

Conocido como la Capital del Mole, San Pedro Atocpan, en Milpa Alta, es un barrio mágico en la Ciudad de México en donde más del 90% de su población se dedica a la producción de diferentes tipos de mole. De hecho, la mayoría del mole que se vende en los mercados capitalinos se elabora en este lugar, todo de manera artesanal. Uno de los eventos imperdibles en esta localidad es la Feria Nacional del Mole que se ha celebrado desde 1979 durante el mes de octubre.

San Pedro Atocpan

Los pequeños negocios familiares de esta localidad producen la increíble cantidad de 30 toneladas de mole al año. ¿Su especialidad? El mole almendrado. 
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Conviértete en un experto catador de mole y aprovecha este delicioso pretexto para seguir explorando destinos fascinantes. Y, quién sabe, quizá aprendas uno que otro secreto y puedas perfeccionar tu propia receta de mole para compartirlo con tu familia.

Hay leyendas que aseguran que el mole surgió por accidente y otras por inspiración divina. Sea como sea, ¡qué bueno que existe!

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