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Rutas México

48‌ ‌horas‌ ‌en‌ ‌Mazatlán

la tierra del disfrute eterno

Por: Lorenza Dávila

Mazatlán es el destino perfecto para vivir, en 48 horas, un poquito de todo lo que este destino puede ofrecer. Actividades de naturaleza, recorridos culturales y la buena comida del Pacífico son sólo una muestra.

En Mazatlán siempre hay algo que hacer por la mañana, la tarde y la noche. Ya sea que busques aprovechar el océano, subir montañas, conocer las múltiples islas que le rodean o que prefieras caminar tranquilo por el centro histórico y por el famosísimo malecón. Si tu plan es saciarte de sus frescos mariscos a la orilla del mar o vislumbrar sus atardeceres desde la cima de la ciudad, te preparamos un itinerario con algunas recomendaciones que no te puedes perder en un viaje de 48 horas por la Perla del Pacífico.

Día 1. Mañana de hiking en el faro

El mejor momento para emprender la subida al faro es antes de que salga el sol por completo, entre las seis y las siete de la mañana, porque, después de estas horas, el calor aumenta considerablemente y la caminata se puede dificultar.

El faro es un emblema de Mazatlán; se encuentra en el Cerro del Crestón a 152 metros de altura y se puede subir hasta la cima por los 300 escalones de concreto que parten desde la base. Los más atrevidos lo suben por el terreno montañoso entre vegetación endémica. Aunque depende de tu condición física y la dificultad que elijas para subir, esta caminata se puede hacer en 30 o 40 minutos.

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Mazatlán desde las alturas

Las mejores vistas  son desde su faro natural. Al amanecer o al atardecer el cielo regala postales rosas y naranjas sobre el mar.

Ya desde la cima, Mazatlán se revela en todo su esplendor. Desde ahí arriba tienes la mejor vista de la costa.

El esfuerzo merece una recompensa: al bajar del faro acércate a alguno de los puestos de cocos frescos que están en los alrededores.

El transporte típico de Mazatlán se conoce como Pulmonías, son carritos parecidos a los de golf y son una buena opción para llegar a la base del faro.

DÍA UNO: Del medio día al atardecer. Sol, arena y mar

El primer día en Mazatlán se pasa obligatoriamente en sus playas, que son mundialmente conocidas por su belleza y porque siempre tienen buen ambiente; hay muchas y para diferentes propósitos: hay para nadar, para surfear y para bucear.

Playa Sábalo es perfecta para nadar porque su oleaje es muy moderado; Playa las Brujas, por su parte, es la indicada para los que quieren montar grandes olas y, si lo que buscas es conocer la vida submarina, sólo hay un lugar en el que se revela de manera majestuosa: la Isla de los Venados.

Tanto la Zona Dorada como el centro histórico de Mazatlán tienen una muy buena oferta de gastronomía y vida nocturna. Patio Escobedo, en el centro, es de las mejores. Se trata de una propuesta gastronómica basada en los mariscos de la región cocinados a la parrilla. Tanto el espacio como el menú y los tragos son muy interesantes.

Para dormir, Mazatlán tiene muchas opciones para todos los gustos y presupuestos. Entre nuestros favoritos está Casa Lulú, un pequeño hotel boutique con vista al mar y un diseño espectacular.

Día 2: A consentirse. Desayuno de campeones

Después de un día de aventuras lo mejor es dedicarse a consentirse y descansar. Primero lo primero: a la hora del desayuno no hay otro lugar más que Panamá, el restaurante más clásico de todo Mazatlán. Aquí no importa si quieres un desayuno ligero o un plato fuerte, todo lo que pidas es garantía. Su panadería es especialmente buena.

 Al salir del restaurante, ve a conocer el centro histórico; hace poco se hizo un gran trabajo de remodelación en sus calles y se puede caminar muy a gusto por todas las zonas del perímetro. La Plaza Machado es el corazón del centro y los fines de semana se ilumina con un mercadito de artesanías en donde seguro encuentras algo para llevarte a casa de recuerdo.

Tardes mazatlecas

Una vez que se comienza a poner el sol, renta una bicicleta en Baikas y recorre todo el Malecón —considerado como uno de los más largos del mundo—, donde podrás observar monumentos y estatuas que rinden homenaje a la historia de la fundación de Mazatlán y el estilo de vida de sus habitantes.

Para cerrar un viaje como éste hay que probar los mariscos estilo Sinaloa en un lugar especial: Los Arcos. Este es el lugar al que tanto los mazatlecos como los viajeros van a comer como auténticos sinaloenses; su taco Gobernador y el Bonita son deliciosos, los dos de camarón, pero cada uno con personalidad propia.

Gastronomía mazatleca

La pesca del día y una preparación experta hacen de la comida mazatleca una razón en sí misma para visitar este destino.

Si estás buscando un fin de semana divertido en el que subas una montaña, disfrutes del Pacífico y las bondades de la gastronomía del mar, Mazatlán es el destino que tienes que visitar y, aunque 48 horas no alcancen para recorrerlo todo, sí permite conocer una buena muestra del destino.

Mazatlán es de esos lugares a los que siempre vale la pena regresar sin importar cuánto tiempo tengas disponible para disfrutarlo.

RUTAS VIVA AEROBUS A Mazatlán

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