Tu primera parada deberá ser la Catedral Basílica de la Asunción de María Santísima, que enmarca el centro de la ciudad con sus torres y agujas neogóticas.

Seguramente has escuchado de las obras arquitectónicas de estilo neoclásico en la ciudad; El Teatro Degollado es considerado una de las obras mejor conservadas de Latinoamérica, y el Hospicio Cabañas, edificio que sirvió como hogar para decenas de huérfanos de 1810 a 1980, hoy se mantiene de pie con 23 patios, 106 habitaciones, 78 pasillos y una capilla cuya cúpula es algo digno de ver. Ahora es un reconocido museo dedicado al trabajo de José Clemente Orozco que ha exhibido en sus salas el trabajo de artistas como Diego Rivera, José Luis Cuevas y Marcel Duchamp.

Cuando cae la noche

Una de las mejores cosas que tiene Guadalajara es su noche. La colonia Chapultepec es un dinámico centro de reunión en el que encontrarás tianguis, exposiciones y, en ocasiones, clases de baile al público. La zona está rodeada por decenas de restaurantes y bares en los que podrás disfrutar de una rica cena. Cortázar, por ejemplo, es una parrilla argentina de autor en la que los cortes son supremos y además tiene una muy buena oferta de coctelería.

Esta ciudad nutre sus conceptos modernos con la esencia de lo antiguo; Gala Hotel es la opción más moderna y lujosa de la urbe. Se trata de un hotel boutique en una construcción de 1903 que complementa su ambiente con detalles y comodidades actuales.

Si estás buscando algo más accesible, te recomendamos Casa Sabina, un hostal boutique con cafetería, tienda de diseño y decoración y diversas actividades recreativas. Un lugar precioso y muy vivo en el que todos los días sucede algo nuevo.

Los clásicos de Guadalajara dan una buena idea de todo lo que se puede vivir en la ciudad. Su mezcla equilibrada entre tradición y vanguardia la colocan entre las urbes nacionales más visitadas y llamativas para los viajeros. Si es tu primer viaje a la Perla Tapatía recorre los lugares más conocidos para que experimentes la esencia de este destino.