Los restaurantes a los que siempre hay que regresar ––o los imperdibles si es tu primer viaje a Zacatecas––, son La Leyenda y Los Dorados de Villa.
En La Leyenda es muy difícil decidirse por algo en el menú porque todo está buenísimo, pero uno de sus platos estrella es, sin lugar a dudas, el asado de boda. Este platillo de influencia francesa, como bien indica su nombre, se servía en ocasiones especiales como las bodas: lomo de cerdo frito y una salsa especial de chile ancho y especias que lo perfuman todo. Para un pozole verde inolvidable, el que sirven en Los Dorados de Villa. Este plato es la especialidad de la casa, picosito en la justa medida, abundante y muy rico.
Tanto La Leyenda como Los Dorados de Villa son espacios que, además de su sazón privilegiada, atraen a los viajeros por su historia y decoración; el primero parece un museo de arte y el segundo una casona típica en la que se rinde homenaje a Francisco Villa y a sus tropas.
Tal vez Zacatecas no haya sido nombrada —todavía— capital culinaria del país, pero eso sólo hace mucho más grata y sorpresiva la gran variedad de platillos e historia que esta ciudad esconde. En un viaje por este destino no sólo se disfruta de la arquitectura colonial de la ciudad sino de su sabiduría gastronómica.