La receta más conocida en México para preparar esta bebida es muy sencilla: Licor 43, un shot de espresso y hielo. A partir de allí, depende del gusto de cada quien. Hay personas que lo prefieren “puesto”, o sea, servir el licor en las rocas y después agregar el café; o bien, “shakeado”, es decir, agitar con vigor todos los ingredientes en un shaker. Claro que cada mixólogo, de cada bar y ciudad mexicana puede reinterpretar esta elaboración cambiando la base del licor y agregando más ingredientes y especias. Sin embargo, por popular que sea en este país, todo parece indicar que el carajillo nació en España.
Lo curioso es que el carajillo español no se prepara ni frío ni con Licor 43 (aunque esta marca es española). Tradicionalmente, en tierras ibéricas el carajillo no era más que lo que llamamos un “café con piquete” y se mezclaba con brandy y orujo, principalmente, aunque sus recetas han llegado a ser tan sofisticadas como la de brandy Osborne, que incluye brandy, canela, limón, peladura de naranja, vainilla y jarabe de higo.