El cabrito suele prepararse asado, ensartado en una vara y cocinado de manera lenta, al fuego. No se le agrega nada, ni siquiera sal (a esta preparación suelen llamarla al pastor, pero no hay que confundirla con la versión de la capital, pues aquí no se agrega ningún tipo de adobo). Otra opción muy popular es prepararlo en una fritada, una receta que utiliza también las vísceras y la sangre, y que se parece más a un guisado. En ambos casos, lo más tradicional es servir el cabrito con tortillas de harina, un poco de cebolla, y salsa bien picante.
Aunque en todo el país hay lugares que se especializan en este platillo, Monterrey es famoso por su amor al cabrito. Según cuenta la historia, fueron en realidad los judíos sefarditas quienes trajeron de España esta preparación, cuando fueron expulsados de la Península. Muchos se asentaron en el norte de la entonces Nueva España, con lo que heredaron a la cultura sus recetas, entre ellas el cabrito.
Para comerlo te recomendamos estos cuatro locales que lo preparan a su manera.