En este espacio multifacético que parece surgir del Tulum ancestral, construido por Eduardo Neira Sterkel “Roth” utilizando únicamente bejuco, concreto y madera, los artistas emergentes encuentran un refugio para desplegar su talento. 

Sfer IK es un destacado ejemplo a nivel internacional de arquitectura biomórfica, es decir que el entorno natural es parte del diseño; actúa como refugio de la flora y la fauna endémica, pero también del arte contemporáneo y de la tecnología. Una obra de arte en sí misma hecha con materiales sostenibles y locales.

Está conformado por 40 galerías que se transforman en escenarios para que pinturas, esculturas y fotografías sean las protagonistas, así como piezas vinculadas al diseño y a la moda. 

A este museo se accede descalzo y está prohibido tomar fotografías en el interior, a menos que se pague un pase de 100 dólares para el uso de equipo semiprofesional. La intención es generar una experiencia íntima y arraigada en el presente, que la energía personal se vincule a la del lugar y que haya simbiosis.