EnvivaRevista

Crédito: Cortesía Playa Viva/Kassidy Renee Paige.

localista

Playa Viva

Turismo regenerativo en Juluchuca

Por Marck Gutt, “don Viajes”

Recorre la Costa Grande de Guerrero y conecta con la naturaleza entre tortugas marinas, playas vírgenes y un modelo de desarrollo esperanzador.

Juluchuca es un pueblo costero ubicado 50 kilómetros al sur de Ixtapa Zihuatanejo. Si el nombre de la localidad no te suena familiar, quizás se debe a que esta no es muy conocida fuera de la Costa Grande de Guerrero, o cuando menos no lo era hasta hace relativamente poco.

El nacimiento de Playa Viva, un hotel que se las arregla para ser sencillo y sofisticado a la vez, cambió todo. Con los principios del turismo regenerativo como base, este proyecto fundado en 2008 ha probado que se puede apostar por un desarrollo costero más amigable con el medio ambiente sin sacrificar comodidades ni placeres. 

En el camino entre el aeropuerto de Zihuatanejo y Juluchuca hay varios planes muy accesibles, como recorrer los mercados de playa La Ropa, visitar el sitio arqueológico de La Chole y mirar cómo se produce sal artesanal en Petatlán. Una vez en Playa Viva, podrás descansar en paisajes sonoros en los que todavía reina el canto de los pájaros. 

Más allá de lo evidente

En Playa Viva, la atención la acaparan habitaciones construidas como casa de árbol, envueltas por un derroche de verdor y una playa que se antoja interminable. 

Este es, sin duda, un proyecto arquitectónicamente hermoso en donde se escucha el vaivén de las olas y la playa se comparte con tortugas golfinas, negras y laúd. Pero también lo es por todo lo que sucede tras bambalinas y que tiene impactos profundos en la comunidad. ¿Algunos ejemplos? Autoabastecimiento de energía renovable con paneles solares, pozos profundos, un estanque que funciona como filtro en el sistema de tratamiento de aguas y el cultivo de frutas y vegetales con base en principios de permacultura.

Comodidad, bienestar, sustentabilidad y regeneración del entorno son cuatro conceptos que se equilibran con éxito en este rincón de Juluchuca, en la Costa Grande de Guerrero. Crédito: Cortesía Playa Viva.

¡No molestar!

La idea de que la comodidad y la ecología están peleadas no tiene lugar en Playa Viva, cuyas habitaciones, que catapultaron el proyecto a la fama, fueron desarrolladas para hermanar confort y sustentabilidad. A primera vista las casas de árboles inspiradas en formas de mantarrayas pueden parecer una propuesta meramente estética, pero su eficiencia ecológica supera su apariencia.

Estas habitaciones de madera de bambú se han convertido en un éxito de Instagram, pero su estructura resguarda algo más que potencial viral en redes sociales. Buena parte del material de construcción es natural y sujeto a trazabilidad. Si no proviene del mismo proyecto, es abastecido por granjas sostenibles de México. Cada casa de árbol fue diseñada para maximizar el flujo de aire natural. Así es que aquí no hay aparatos de aire acondicionado, porque no hacen falta.

El modelo de desarrollo y turismo regenerativo que propone Playa Viva hace que la Costa Grande de Guerrero se antoje no solo paradisiaca, sino también esperanzadora. Crédito: Cortesía Playa Viva.

Impacto que trasciende

Playa Viva fue concebida como parte de un ecosistema y no en contra de este. Por ello, en su filosofía han integrado la idea de que el cuidado ambiental no es suficiente si se queda de puertas para adentro. De ahí que sus iniciativas de conservación permean en la comunidad de varias formas. El caso más obvio es el campamento tortuguero de Juluchuca, fundado y fondeado por el hotel. Además de la recaudación monetaria, Playa Viva participa en la administración del programa de voluntariado.

Comprar productos como huevos y pescado a pequeños productores locales es otra de las formas en las que el impacto de Playa Viva se hace presente en la comunidad. Los huéspedes, aún con las comidas incluidas, están invitados a salir del hotel y comprar dulces de coco en Juluchuca, uno de los productos típicos de la localidad. En conjunto con ReSiMar, Playa Viva trabaja en la restauración de la cuenca de Juluchuca, parte del río Tule.

Con el modelo de desarrollo revolucionario que propone Playa Viva, la Costa Grande de Guerrero se antoja no solo paradisiaca, sino también esperanzadora. Si eres de los que piensan que el verdadero lujo tiene que ver con una bahía libre de contaminación lumínica, con comer productos apenas procesados y con caminar kilómetros de costa virgen, Playa Viva es para ti. Y si no lo eres, quizás este proyecto te haga cambiar de opinión. “En el mar, la vida es más sabrosa”, en especial cuando lo conservamos.

Viaja a Mazatlán a través de nuestras rutas:

Visita Chihuahua a través de nuestra rutas:

EnvivaRevista

DESCARGA TU REVISTA ENVIVA VERSIÓN PDF

DESCARGA
TU REVISTA ENVIVA VERSIÓN PDF