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En la despensa chiapaneca puedes encontrar una gran variedad de bebidas refrescantes y reconfortantes, muchas de ellas milenarias. Esto se debe a su rica biodiversidad y a la relación que sus habitantes tienen con ella.
Además de servir para hidratarse, las comunidades usan estas bebidas en su cotidianidad como elementos rituales, espirituales y medicinales. Lo maravilloso de viajar a Chiapas es poder conectar, por medio de cada sorbo, con estas tradiciones. Por eso, en esta guía te contamos cuáles son estas fantásticas bebidas locales y dónde conseguirlas.
En las zonas altas del estado, donde suele refrescar durante la tarde y la noche, el chocolate caliente es una opción reconfortante. Crédito: Shutterstock.
El pozol es una bebida de maíz a la que se agrega agua o leche, cacao, canela, piloncillo o azúcar. Para su preparación se usa la masa del maíz nixtamalizado, se deja escurrir y se muele con molino o metate. La versión natural puede endulzarse con piloncillo y se espolvorea con canela. Si optas por la versión con cacao, la puedes acompañar con pan dulce al atardecer.
El pozol se encuentra fácilmente en los pasillos de los mercados en grandes ollas de barro; el natural se identifica porque es un líquido de color blancuzco, mientras que la versión con cacao tiene el color de las bebidas de chocolate. Al finalizar tu bebida, encontrarás la mejor parte: un sedimento muy agradable que proporciona todos los beneficios del maíz, vitaminas y minerales que ayudan a regular el azúcar en la sangre y mejoran la salud intestinal.
Cacao Nativa ofrece cacao más allá de lo tradicional —en bombones, postres y trufas—, pero su semilla se obtiene en colaboración con más de 300 pequeños productores de la región. Crédito: Shutterstock.
El tascalate se distingue por su color naranja intenso y, a diferencia del pozol, se prepara moliendo todos los ingredientes en seco: maíz, cacao, tortillas tostadas, achiote, canela y, a veces, azúcar.
Es una bebida energética y refrescante que se toma fría. La mezcla del achiote da un ligero toque ácido muy agradable. El tascalate tiene fama por su bajo contenido calórico y su poder antioxidante, que ayuda a retrasar el envejecimiento y a mejorar el flujo sanguíneo.
Además de encontrarlo en los mercados, en el Café Jade de la ciudad de Palenque podrás disfrutar de una preparación de tascalate muy especial, frapeada con café, el Tascafé.
IG @cafejadechiapas
En Chiapas, el cacao se ha integrado a bebidas tan identitarias como el pozol, hecho con masa de maíz criollo, y el tascalate, elaborado con maíz, cacao, tortillas tostadas, achiote y canela. Crédito: Shutterstock.
El uso de esta bebida para las comunidades en Chiapas trasciende la alimentación, pues está estrechamente relacionada con la salud y la curación. El atole agrio se prepara con maíz y agua, dejando fermentar durante dos noches los granos de elote. Posteriormente, se muele y se cuela para cocerse con canela y piloncillo, hasta espesar.
Sin duda, es una bebida reconfortante con un toque ácido y dulce, gracias a la fermentación. Se puede encontrar en los mercados y en los hogares, especialmente durante la Cuaresma y el Viernes Santo.
Viajando por Chiapas siempre encontrarás un mercado, un puesto en una esquina o un local para probar café, tascalate, atole, pozol e incluso el pox (posh), el destilado de maíz de las comunidades tsotsiles y tseltales. Crédito: Shutterstock.
Aunque Chiapas es el segundo productor de cacao del país, solo después de Tabasco, el estado es reconocido por su relación milenaria con esta semilla y su estrecho vínculo con el mundo maya.
Representado en vasijas, relieves y códices, el cacao ocupó un papel protagónico en esta sociedad mesoamericana, incluso llegando a convertirse en su principal moneda de cambio. El significado ritual, comercial y medicinal del cacao trascendió durante generaciones.
Si eres amante de su sabor dulce, ácido y amargo y quieres experimentar la semilla de cacao más allá de las presentaciones tradicionales, te recomendamos visitar las tiendas de Cacao Nativa, ubicadas en San Cristóbal de las Casas, Tuxtla y Tapachula. Aquí encontrarás bombones, postres, confitados, trufas y, por supuesto, una gran variedad de bebidas de cacao. En este lugar también se trabaja por la preservación y sustentabilidad del cultivo de la semilla, colaborando de manera conjunta con más de 300 pequeños productores de la región.
El aroma y sabor del café chiapaneco te esperan en San Cristóbal de las Casas, un destino ideal para descubrir las fincas cafetaleras y la riqueza de sus granos tostados. Crédito: Shutterstock.
No hay cultura maya sin pox ni pox sin cultura maya. Este es un destilado que se prepara a partir de maíz, salvado de trigo y panela (caña de azúcar). Su consumo en las comunidades indígenas tsotsiles y tseltales de Chiapas tiene una gran importancia como medicina y herencia.
Aunque actualmente es relativamente sencillo encontrar pox, el verdadero viene de maestros poxeros que aprendieron el oficio de generación en generación. Lo toman para alejar los malos espíritus y es medicina que cura todo. La tradición, por ejemplo, en los Altos de Chiapas, es que lo sepan elaborar tanto hombres como mujeres, usando sus maíces criollos, en especial las razas olotillo, olotón, negro de Chimaltenango y quicheño.
El proceso inicia colgando los maíces para dejarlos secar de uno a dos meses. Secos, se desgranan manualmente y se muelen para después comenzar con la fermentación. Este paso toma entre 12 y 14 días y se lleva a cabo en recipientes de madera de pino, mezclando los ingredientes con agua de manantial. El siguiente paso es la destilación en alambiques de cobre y el resultado es un líquido de 34 a 35 grados de alcohol. Tiene un sabor sutil a tortilla o tostada.
Es común encontrar pox hecho con pura caña de azúcar, por ello es mejor acercarse a los verdaderos creadores o a proyectos que muestran al visitante esta bebida más apegada al sabor original. Un ejemplo es Poxna o Siglo Cero Pox, y la sala de degustación La Espirituosa (Belisario Domínguez 35 Interior 2) en San Cristóbal de las Casas, liderado por Sofía Vidal, también impulsora del Centro de Investigación de Bebidas Espirituosas de Chiapas. Un tip: acompaña el pox con granos de café o un gajo de naranja con chile habanero.
IG @la.espirituosa
El atole agrio, una bebida fermentada de maíz, es una parte esencial de las tradiciones chiapanecas, relacionada con la salud y la curación en momentos especiales como la Cuaresma. Crédito: Shutterstock.
Los datos oficiales revelan que entre Chiapas, Veracruz y Puebla se concentra el 80% de la producción mexicana de café, gracias a condiciones como altura y humedad necesarias para que crezca este arbusto traído por los europeos a América. Chiapas encabeza la producción gracias a la labor de más de 180,000 familias caficultoras, distribuidas en 88 municipios del estado.
Cabe mencionar que este arbusto se plantó en Chiapas oficialmente por primera vez en 1846, y fueron alrededor de 1,500 cafetos. A inicios del siglo XX, la proliferación de fincas cafetaleras en las regiones del Soconusco y Sierra resultaron clave para el desarrollo de la caficultura en Chiapas. Actualmente, este arduo trabajo de más de un año es dominado por pequeños productores de café, muchos de los cuales conservan prácticas agroecológicas.
En 2003 se generó la Denominación de Origen Café de Chiapas, constituida por las regiones de Ocozocoautla, San Cristóbal de las Casas, Copainalá, Comitán, Ángel Albino Corzo, Pichucalco, Bochil, Palenque, Ocosingo, Yajalón, Motozintla y Tapachula.
Más que recomendarte un sitio, busca café de especialidad chiapaneco que señale su trazabilidad, o compra lo producido por promotores como Biocafé, Campesinos Ecológicos de la Sierra Madre de Chiapas y Unión Majomut, o proyectos que resalten la colectividad como Cafeología, que trabaja con más 35 productores de San Pedro Cotsilnam, en el municipio de Aldama, y de Tzajalchén, en Tenajapa.
En varias comunidades de los Altos de Chiapas, las familias producen el café de manera sustentable e integrada con sus parcelas en el bosque templado de montaña. Crédito: Shutterstock.
Esta lista de bebidas chiapanecas no acaba aquí; el destilado llamado comiteco, la bebida ceremonial maya conocida como licor balché o la cotidiana agua de chía también forman parte de la variedad de bebidas que, por tradición y por gusto, caracterizan a Chiapas. ¿Cuál vas a probar en tu próximo viaje?