Crédito: Cortesía Pan
Hablar de maíces en plural es dejar que el lenguaje de la diversidad se exprese. Pancho Maíz, el restaurante de Xóchitl Valdés y su equipo, se enfoca en los nativos de la península de Yucatán y sus posibilidades alimentarias desde una mirada sensible, cercana y colectiva.
La labor de Pancho Maíz destaca en un estado en el cual muchas familias productoras dejan sus cultivos por malos pagos, sequía y desinterés de las nuevas generaciones. Proyectos como este enfrentan retos como el desconocimiento alrededor del tema por parte de las personas consumidoras, así como el racismo existente en México respecto a la dieta de raíz mesoamericana por su asociación con lo agrícola.
Muchos de los alimentos que utilizan Xóchitl y su equipo provienen del campo yucateco, de las milpas y traspatios mayas del sureste. Frijoles, tomates, ajonjolí, cacahuates, jícamas, jamaica, camotes, cilantro, calabazas, epazote, lechugas y más son parte de su alacena con trazabilidad. Sus proveedoras son familias y asociaciones campesinas como Maíz Criollo Kantunil, a quienes les pagan equitativamente y entendiendo sus lógicas y momentos: establecer relaciones de confianza es algo esencial para lograrlo.
Su misión, dice Xóchitl, es mostrar la identidad de cada insumo que consumen sus clientes. Les interesa evitar los monocultivos e integrar ese discurso en la acción y el día a día en su trabajo.
Huevos con frijoles vaqueros, enmoladas, sope con chicharrón, huevos encamisados con salsa de papadzul… Los desayunos de Pancho Maíz son una delicia con sentido social. Crédito: Cortesía Pancho Maíz.
A través de su nueva imagen, Pancho Maíz busca hacer un homenaje a todos los productores que existen; dentro de su espacio verás un mural del artista Gibrán Turón que sintetiza la esencia de este lugar. Disfrutar de la transformación de este grano y los demás cultivos que le acompañan en diferentes momentos, en recetas de diversos orígenes, es una gozada. Su carta no es fija, tiene cambios y adecuaciones a lo que tengan disponible por lo que, regularmente, encontrarás novedades.
Puedes ir a desayunar o a comer de lunes a sábado. Algunas sugerencias para la mañana son los huevos encamisados (tortillas de maíz rellenas de huevo) bañados con salsa de papadzul, las enmoladas, el sope jumbo con chicharrón prensado, el pan pita con hongos, adobo de chiles y miel local, o los huevos ahogados con queso asado y frijoles vaqueros.
Para la tarde, las tostadas de jamaica, el dzik (salpicón) de res, el sikil pak hecho con pepitas criollas, la tetela de ibes y asado de boda, los frijoles Rosita con tostones o el empalme con chicharrón y adobo norteño. Para cerrar, el postre de zapote, el mostachón con plátano, el flan napolitano o el tiramisú con pixtle pueden gustarte.
Desde una mirada sensible, cercana y colectiva, Xóchitl Valdés y su equipo se enfocan en los maíces nativos de la península de Yucatán y sus posibilidades alimentarias. Crédito: Cortesía Pancho Maíz.
En el interior de su local, ubicado en la calle 59, a pasos del Parque la Mejorada en el centro de Mérida, también se encuentra la tienda Balam Kaab, que vende mieles mayas y derivados cosméticos apícolas de familias apicultoras de la región.
Pancho Maíz también provee de maíz, masa y otros productos a diferentes restaurantes y hoteles como Nol, Ixi’im, Chablé, Huniik, Tulia, Néctar, Cuna, Soco, Yerba Santa, Jumiles, Apapacho y Cigno. No es nada fácil el trabajo con técnicas como la nixtamalización, pues este proceso cambia según el clima, el maíz, la zona y hasta la mano que la trabaja; tampoco poder tejer lazos para la proveeduría.
El 3 de noviembre de 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) declaró oficialmente a la milpa maya peninsular como Sistema Inteligente del Patrimonio Agrícola Mundial. Esta distinción reconoce el valor del sistema agrícola tradicional que integra prácticas y conocimientos ancestrales del pueblo maya.
La iniciativa de obtener este reconocimiento fue promovida durante años por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como por familias milperas y autoridades de los tres estados de la península. Este reconocimiento busca destacar la importancia milpera para la autosuficiencia alimentaria y su papel en la conservación de la biodiversidad y la cultura.
En este contexto, negocios conscientes como Pancho Maíz ponen un granito de arena para lograr cambios para las familias agricultoras, quienes se han dedicado durante generaciones a conservar semillas nativas. Aunque uno de los principales objetivos de las comunidades es el autoconsumo, el que puedan vender los productos de la milpa sin malbaratarlos es una misión asociada
“Si bien no nos dedicamos precisamente a elaborar cocina yucateca, sí ayudamos a la conservación y difusión de productos de la península de Yucatán”, añade la propietaria de Pancho Maíz. Ahora ya lo sabes: si quieres comer en un lugar rico y con sentido social, este restaurante en la capital yucateca puede ser una excelente opción.
Tel. (999) 392 3687
IG @panchomaiz