Crédito: Shutterstock.
Actopan también es conocida como la Ciudad del Convento, ya que acoge una de las maravillas arquitectónicas del siglo XVI: el templo y exconvento de San Nicolás Tolentino. El recinto fue erigido utilizando piedra, arena y madera del Valle de Actopan, gesto que se refleja en su construcción general y en estructuras como la torre monumental y la fachada renacentista labrada en piedra.
La edificación del convento estuvo bajo la supervisión de fray Andrés de Mata, quien procuró darle al lugar las cualidades necesarias para evangelizar a los pobladores otomíes de la región. Esta tarea quedó plasmada tanto en los murales al fresco que conserva el lugar como en el arte religioso que abarca los siglos XVI al XIX, muestras del fervor religioso de la época.
Otra de sus estructuras destacadas es la capilla abierta, cuya bóveda de medio cañón de 17.5 metros resguarda en su interior un mural con escenas del Génesis, el juicio final y el infierno, lo que le da un toque único a este lugar.
El centro histórico de Actopan es pequeño y acogedor. Aquí se puede pasear por la Plaza Juárez, frente al exconvento. Crédito: Carlos Vizzuett.
El centro histórico de Actopan es pequeño pero acogedor, perfecto para recorrerlo a pie después de visitar el exconvento. Además de descubrir sus negocios locales y su vaivén cotidiano, se puede explorar la Plaza Juárez, degustar un helado o unas aguas frescas en las bancas del parque, apreciar su kiosco o hacer una pausa en la Plaza Constitución, frente al palacio municipal.
Muy cerca, aún dentro del primer cuadro del pueblo, el paseo continúa en espacios como el Parque de la Reforma, que alberga un singular obelisco, y el Jardín Nicolás Romero “El Salto”, donde se ubican vestigios que formaban parte del emblemático acueducto de Actopan.
Ubicado dentro del Mercado Municipal 8 de Julio, este mural representa el paisaje alimentario de la región y la cotidianidad de quienes acuden a vender sus productos.
Crédito: Cortesía de Secretaría de Turismo del Estado de Hidalgo.
Uno de los problemas que afrontaron los pobladores de Actopan tras la Conquista fue el abastecimiento de agua, desafío que fue resuelto en 1546 gracias a la planeación y construcción de un acueducto de cal y canto que se originaba en los manantiales de Fray Francisco, cercano a los cerros, y corría por el canal de la arquería a lo largo de varios kilómetros hasta llegar a los aljibes y fuentes en la villa.
El agua abastecía a los frailes y las huertas del convento, pero también era para consumo de los pobladores, quienes iban por ella a varias fuentes, entre ellas la Fuente de Mendoza. El acueducto estuvo activo aproximadamente 386 años, y algunos de sus vestigios pueden observarse en el parque de “El Salto”.
Cada fin de semana se presentan diferentes actividades en este lugar emblemático del centro histórico de Actopan. Crédito: Cortesía de Secretaría de Turismo del Estado de Hidalgo.
Actopan está ubicado en el Valle del Mezquital, una zona de gran interés para quienes disfrutan de la naturaleza. Para apreciar esta riqueza basta trasladarse al Mirador Corazón Grande, a 20 kilómetros del pueblo. También conocido como Paso del Puma, es un corredor natural en donde se pueden realizar actividades de aventura y caminatas que conducen a miradores cuyas vistas dejan sin palabras.
En el mirador también se puede desayunar y comer en unas palapas mientras se disfruta de la vista y del viento fresco. Vale la pena llegar temprano, pues los bancos de niebla que se tienden sobre la serranía por la mañana llenan de magia la experiencia al aire libre.
La mejor forma de visitar el lugar es con un guía local cuyos conocimientos permitan identificar algunas de las 200 especies de plantas curativas, un atractivo imperdible para los viajeros que aman el conocimiento y reconocimiento de la medicina ancestral.
Este refugio natural forma parte de la comunidad de Plomosas, a casi dos horas de la Ciudad de México y a media hora de Pachuca de Soto, capital del estado de Hidalgo.
La capilla abierta del exconvento conserva pinturas con escenas religiosas que los frailes agustinos usaron para evangelizar a los indígenas. Crédito: Cortesía de Secretaría de Turismo del Estado de Hidalgo.
Al norte de Actopan, en el límite con el municipio de Atotonilco, se encuentra la localidad de Mesa Chica, donde yace uno de los tesoros mejor guardados de Hidalgo: Puente de Dios, un verdadero oasis que forma parte del Corredor Biológico de Actopan.
El lugar es un refugio natural al que se accede a pie, bajando por una barranca de cierta dificultad, aunque también hay quien lo hace en bici de montaña (consulta las rutas en el sitio wikiloc.com). A lo largo del camino se puede observar la flora y la fauna del lugar, y luego de un trecho entre rocas y árboles, teniendo como brújula el sonido del agua, se llega a un impresionante túnel. En realidad, se trata de un sistema de grutas modeladas por el paso del río Amajac al interior de un cerro. Recuerda llevar buenos zapatos, repelente y una bolsa para llevarte tu basura en caso de que hagas un pícnic.
Puente de Dios, dentro del Corredor Biológico Actopan, es un sistema de cuevas modeladas por el paso del río Amajac, en el municipio de Atotonilco el Grande.
Crédito: Cortesía de Secretaría de Turismo del Estado de Hidalgo.
Hidalgo es conocido por su charrería y porque aquí se escribió el primer capítulo de la historia del futbol mexicano, pero sobre todo, es célebre por su barbacoa de borrego, un platillo que le ha dado identidad al estado. Y muchos dicen que es precisamente en Actopan donde se prepara la mejor barbacoa de la región.
Se sabe que el platillo tiene origen prehispánico. En Historia general de las cosas de Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún usa la palabra “barbacoa” para describir el método de cocer carnes bajo tierra —al calor de las brasas, dentro de un agujero—. Tras la Conquista, la proteína utilizada por los mesoamericanos fue sustituida poco a poco por especies de ganado europeo. Fue en los años ochenta del siglo pasado cuando su sabor atrajo los reflectores hacia este municipio.
Hidalgo es la cuna de la barbacoa; técnica y platillo a la vez, le ha dado sabor e identidad a la región. Crédito: Shutterstock.
Un buen lugar para probar este platillo es el Mercado Municipal 8 de Julio, a una cuadra y media del exconvento de San Nicolás Tolentino. Y aunque la barbacoa es la protagonista, sería una lástima perderse muchos otros platillos que forman parte de la historia de Actopan, disponibles también en el mercado. Entre ellos se pueden mencionar las gorditas con rellenos variados, como queso, quelites y, en temporada, chinicuiles o escamoles. También hay puestos que sirven consomé de borrego, mole de panza, mixiote de res, tlacoyos de habla o chalupas. Y no hay que olvidar que en esta región, todo sabe mejor acompañado de un buen vaso de pulque o de un curado (de pulque) con frutas.
Este mercado no solo sirve platillos preparados: también es punto de reunión e intercambio para las comunidades cercanas que ponen a la venta los productos frescos que cosechan en sus milpas y huertas.
Cientos de personas acuden diariamente al Mercado Municipal 8 de Julio para adquirir productos frescos, probar platillos tradicionales y adquirir artesanías locales. Crédito: Cortesía de Secretaría de Turismo del Estado de Hidalgo.
Puedes llegar a Actopan desde la Central de Autobuses del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.