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A tan solo 40 minutos de Puerto Escondido, entre los paisajes majestuosos de la Sierra de Oaxaca se encuentra Pueblo del Sol, un eco lodge que ha convertido un sueño de sustentabilidad en una asombrosa realidad. Este escondite mágico no solo invita a los viajeros a descansar en medio de la selva, sino también a ser parte de un proyecto con propósito: recuperar tradiciones ancestrales, proteger la biodiversidad y empoderar a las comunidades locales. Aquí, cada detalle cuenta una historia de respeto a la Madre Tierra y compromiso con el futuro.
Pueblo del Sol redefine el significado de hospitalidad al ofrecer un espacio donde la conexión con el entorno es el verdadero lujo. Sus cabañas, anidadas entre los árboles, han sido construidas con materiales locales y diseños que respetan el paisaje, convirtiéndose en un ejemplo de arquitectura sustentable. Desde la ventana, los sonidos de la naturaleza y la vista al verde profundo de la selva invitan a desconectarse del ruido del mundo y sintonizar con la energía de la naturaleza.
Pero la resiliencia ambiental va más allá de las cabañas. El eco lodge funciona con energías renovables, implementa prácticas de manejo responsable de residuos y fomenta un consumo consciente en cada momento. Aquí, cada visitante se convierte en parte de un ciclo que prioriza el cuidado del planeta.
El restaurante Al Monte presenta una propuesta culinaria dirigida por los chefs Andrés Trujillo y Vanessa Franco, quienes han logrado una sutil fusión entre la riqueza de la tradición local, la frescura de ingredientes de la región y las sofisticadas técnicas de la alta cocina. Desde el amanecer hasta la noche, cada plato es una experiencia sensorial en equilibrio cuyos sabores y aromas permanecen en la memoria.
Entre las experiencias que puedes vivir en Pueblo del Sol están la recolección de café, la elaboración de cosméticos con miel y la participación en los talleres de cerámica con artesanos locales. Crédito: Cortesía Pueblo del Sol/Marco Raku
Pueblo del Sol no existiría sin las manos y los corazones de las comunidades que lo rodean. Este proyecto se ha convertido en un motor de transformación social, recuperando tradiciones que parecían destinadas a desaparecer. Los talleres de cerámica, impartidos por artesanos locales, no solo preservan técnicas ancestrales, sino que conectan al viajero con el arte y la historia de la región.
Además, el eco lodge crea oportunidades económicas para las familias de la sierra, colaborando estrechamente con ellas para desarrollar productos locales que reflejan el alma del lugar. Cada taza de café, pieza de cerámica y cosmético natural llevan consigo la historia de las personas que los hacen posible.
Los lazos de confianza que se han establecido dentro de la comunidad se han expandido a proyectos de vivienda y educación como una muestra de la relación recíproca que existe entre Pueblo del Sol y sus habitantes.
En la comunidad que acoge a Pueblo del Sol, la tierra es tratada con respeto y gratitud, dando vida a proyectos como su cultivo de café orgánico. Los huéspedes pueden recorrer las plantaciones, aprender sobre los procesos de cultivo regenerativo y saborear una taza de café cuya calidad no solo reside en su sabor, sino en el impacto positivo de su producción.
Además, el eco lodge lidera iniciativas de conservación de abejas, esenciales para la biodiversidad de la región. Los visitantes pueden descubrir el fascinante mundo de estos polinizadores y su papel esencial en los ecosistemas. Como complemento, la línea de cosmética natural, elaborada con miel y otros ingredientes locales, es una invitación a adoptar prácticas de consumo más conscientes.
Cada uno de estos proyectos está diseñado para vivir en equilibrio con la naturaleza, mostrando que es posible crear algo hermoso sin comprometer el bienestar del planeta.
Desde la ventana de la habitación, los sonidos y la vista a la selva oaxaqueña invitan a desconectarse del ruido del mundo y sintonizar con la energía de la naturaleza. Crédito: Cortesía Pueblo del Sol/Marco Rakurai.
En Pueblo del Sol, cada experiencia cuenta una historia de armonía entre el ser humano y la naturaleza. Desde sus cabañas sustentables hasta los talleres comunitarios y los proyectos de cultivo regenerativo, este lugar es una muestra viva de que el turismo puede ser una expresión de cuidado profundo por el planeta. Ven a descubrir cómo es vivir con propósito, rodeado de paisajes inolvidables y un compromiso genuino con el futuro de la Tierra.