Crédito: Shutterstock.
ITINERARIO
De la bahía de Monterey a Big Sur
Por Mariana Mijares
Descubre la esencia de la costa de California con esta ruta escénica que combina acantilados y tranquilidad, deliciosa cocina y una gran biodiversidad que le ha valido el título del Serengueti del Mar.
Monterey, con una sola erre, es un condado de California que alberga una colección de destinos que vale la pena recorrer. Ubicado a menos de dos horas de Oakland y San Francisco, esta región te cautivará con sus impresionantes acantilados, bosques majestuosos y playas de arena blanca.
Explorar Monterey es adentrarse en las misiones históricas, donde los ranchos pintorescos ofrecen auténtica cocina de la granja a la mesa, los senderos atraviesan paisajes irrepetibles y el océano despliega su lado majestuoso. Además, el Valle de Salinas, conocido como la “ensaladera del mundo”, destaca por la frescura de sus productos, sus coloridos campos de flores y sus viñedos.
El paraíso en la ventana
La región de Monterey es famosa por su extraordinaria biodiversidad, repartida en áreas marinas protegidas que preservan la riqueza de su ecosistema y ofrecen un refugio para numerosas especies.
El Santuario Marino Nacional de la Bahía de Monterey —MBNMS, por sus siglas en inglés— es más extenso que el Parque Nacional de Yellowstone y alberga una asombrosa variedad de ecosistemas: aquí habitan 36 especies de mamíferos marinos, más de 180 de aves y alrededor de 525 de peces, lo que le ha valido el apodo de “el Serengueti del Mar”. Admira a poca distancia a nutrias marinas, leones marinos y focas, que, con un poco de suerte, podrás ver asomándose entre las olas.
Carmel Valley Ranch es uno de los mejores hospedajes en este viaje, con hermosos paisajes, experiencias y gastronomía de primer nivel. Crédito: Visit California/Stephanie Russo.
Para una experiencia educativa en familia, el Monterey Bay Aquarium, ubicado en Cannery Row, permite aprender más sobre el mundo submarino de la costa californiana. Desde imponentes tiburones hasta cardúmenes de sardinas en un hipnótico vaivén, este acuario es una ventana que despertará tus ganas de cuidar mejor el mar.
Luego del paseo marino, el Spindrift Inn (spindriftinn.com), en el corazón de Cannery Row, ofrece una experiencia de descanso con habitaciones recién renovadas, vista al mar y un desayuno que se sirve, literalmente, en bandeja de plata. A solo unos pasos, Lalla Grill Oceanside (lallagrill.com) presenta desde ceviches y ensaladas hasta salmón relleno de cangrejo o halibut con costra de macadamia.
La costa de California se luce en la mesa con menús de ingredientes frescos, cafeterías, heladerías, viñedos y restaurantes que resaltan la diversidad de la región. Crédito: Visit California/Max Whittaker.
Entre el arte y la historia
Esta región alberga joyas arquitectónicas como la misión de San Carlos Borromeo, en Carmel-by-the-Sea, fundada en 1770 y considerada una de las más bellas de California. Otra visita posible es el Presidio de Monterey, un antiguo fuerte militar que resguarda parte del legado colonial de la región.
Justo en Carmel-by-the-Sea, puedes hacer una caminata tranquila por sus calles adoquinadas y visitar una selección única de tiendas locales, desde boutiques para encontrar recuerdos especiales hasta cafeterías y heladerías que invitan a una dulce pausa. Para una experiencia gastronómica excepcional, no te pierdas Foray (forayrestaurant.com), donde los chefs Michael Chang y Caroline Singer ofrecen una alta cocina accesible basada en ingredientes de la costa oeste y la bahía de Monterey.
Carmel es un destino artístico por excelencia. Sus numerosas galerías promueven el talento de los artistas que plasman la belleza natural del entorno. La arquitectura de estilo europeo y el ambiente relajado de este pueblito lo hacen el lugar perfecto para disfrutar de una tarde tranquila antes de continuar hacia los paisajes indómitos de Big Sur.
El condado californiano de Monterey alberga 36 especies de mamíferos marinos, 180 de aves y más de 500 de peces, lo que le ha valido el apodo del “Serengueti del Mar”. Crédito: Mariana Mijares.
Acantilados de ensueño
La transición de Monterey a Big Sur deleita tanto la vista como el espíritu. A lo largo de la icónica Ruta 1, los acantilados se funden con el azul infinito del Pacífico, mientras la carretera se desliza entre curvas dramáticas y panorámicas espectaculares. En esta, una de las rutas más impresionantes del continente, cada tramo ofrece una postal inolvidable.
Durante el recorrido, el paisaje invita a detenerse en paradas como Bixby Bridge, un puente icónico con una vista imponente, o Pfeiffer Beach, famosa por su arena de tonos púrpura y sus formaciones rocosas esculpidas por el viento y las olas.
Para hacer senderismo, Julia Pfeiffer Burns State Park alberga la llamativa cascada McWay, que cae directamente sobre la arena dorada de una cala protegida. Por su parte, Andrew Molera State Park ofrece fantásticas rutas de senderismo y paseos por la playa. Para preservar la belleza de Big Sur, recuerda ser responsable, respetar los senderos, eliminar adecuadamente los desechos y cuidar los ecosistemas.
Para hospedarte en esta etapa del viaje, Carmel Valley Ranch (carmelvalleyranch.com) combina hermosos paisajes con experiencias y gastronomía de primer nivel. Su enfoque en la naturaleza permite a familias y parejas reconectar y disfrutar juntos. Entre los artesanos del resort destaca el chef de origen mexicano Fernando Reyes, cuya propuesta al frente de los restaurantes de Carmel Valley Ranch celebra la conexión con el entorno.
La Misión de San Carlos Borromeo de Carmelo, en Carmel-by-the-Sea, es uno de los tesoros históricos de la costa de Monterey. Crédito: Shutterstock.
Un viaje escénico: 17-Mile Drive
Uno de los recorridos más memorables de la costa californiana es el 17-Mile Drive, un tramo que atraviesa la península de Monterey desde Pacific Grove hasta Pebble Beach. Con sus 17 paradas, este recorrido lleva por un mundo de contrastes, donde el azul del océano se mezcla con el verde de los bosques y el dorado de las playas.
Para acceder a 17-Mile Drive es necesario pagar una tarifa de entrada de 12 dólares por vehículo y recibes un folleto con los diferentes puntos de interés. Si realizas una compra de 35 dólares o más en cualquiera de los restaurantes de Pebble Beach Resorts, tendrás un reembolso de la tarifa.
Ya sea que elijas hacerlo en auto o en bicicleta de alquiler (como las de maddogsandenglishmen.com), este trayecto que bordea el Pacífico ofrece vistas de ensueño en cada curva. Lo mejor es que puedes hacerlo a tu propio ritmo, con la cantidad de paradas que decidas y eligiendo cuánto tiempo pasar en cada una.
Puedes iniciar en Pebble Beach Golf Links, luego detenerte en el icónico ciprés solitario de 250 años de edad, seguir hacia Bird Rock para ver leones marinos descansar al sol y, más adelante, admirar los cipreses centenarios de Crocker Grove o los árboles “fantasma” de Pescadero Point. Otro punto interesante son las playas secretas de Fanshell Beach, donde, entre abril y junio, las focas dan a luz a sus crías y se cierra el espacio para que no sean molestadas.
La cascada de Julia Pfeiffer Burns State Park, un espectáculo natural donde el agua se encuentra con el océano, regala vistas inolvidables en la ruta costera de California. Crédito: Shutterstock.
A lo largo de tu paseo, tendrás más oportunidades para observar la fauna en su hábitat, desde ciervos que cruzan los campos de golf, hasta focas y nutrias que juegan en la orilla del mar. Si estás de suerte, podrías ver también delfines surcando las olas y aves marinas planeando sobre el paisaje.
Disfruta el paseo con un almuerzo con vista al mar. Puedes optar por un picnic en Seal Rock, rodeado de la brisa marina, o visitar The Inn at Spanish Bay, donde los sabores locales se combinan con el inconfundible aroma del océano. Aquí serás testigo de una tradición que se mantiene viva desde 1987, un gaitero que recorre la costa de Pebble Beach.
Imponentes acantilados se elevan sobre el Pacífico, ofreciendo paisajes que quitan el aliento en el recorrido de Monterey a Big Sur. Crédito: Shutterstock.
Un viaje por la costa de California, desde Monterey hasta Big Sur, es una verdadera inmersión en la rica historia de la región y en la vida silvestre que la habita. Si la visitas entre diciembre y abril, podrás avistar ballenas que suelen migrar por estas costas. Ya sea que busques una aventura en acantilados escarpados, tranquilidad en playas escondidas o inspiración en sus bosques de cipreses, este trayecto concentra la esencia misma de la costa californiana.
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